Libro
Prácticas de aula de profesores universitarios. Propuestas para el aprendizaje desde diferentes áreas
Fecha
2015Registro en:
Universidad Autónoma de Occidente
Repositorio Educativo Digital UAO
Autor
Cadena Casitillo, Sonia
Holguín, Carmen Jimena
López Osorno, Jaime
Institución
Resumen
Preguntarse por la sistematización de experiencias implica trascender el uso coloquial que se le asigna a la misma, en tanto suele asociarse con el ejercicio de clasificar, ordenar, organizar o catalogar un conjunto de datos o informaciones provenientes de acciones concretas. La sistematización de experiencias es un concepto que ante todo en el campo de la educación popular y de los procesos sociales, ha sido retomado con un sentido más político y amplio, al denotar que
más allá de la existencia de datos e informaciones recogidos de una manera ordenada, esta dimensión da cuenta –desde una postura crítica– de los aprendizajes obtenidos a partir de una experiencia concreta; de ahí que no solo se deba hablar de sistematización, sino de “sistematización de experiencias”. Jara, en el documento “Orientaciones teórico-prácticas para la sistematización
de experiencias”1, define la sistematización de experiencias como: … aquella interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso vivido en ellas: los diversos factores que intervinieron, cómo se relacionaron entre sí y por qué lo hicieron de ese modo. La Sistematización de Experiencias produce conocimientos y aprendizajes significativos que posibilitan apropiarse de los sentidos de las experiencias, comprenderlas teóricamente y orientarlas hacia
el futuro con una perspectiva transformadora (Jara, s.f., s.p.). Dicha interpretación crítica implica un esfuerzo colegiado por comprender el sentido otorgado por los
actores a la experiencia, de tal modo que, a partir de ella, sea posible producir un nuevo conocimiento. La sistematización entendida de esta forma, permite que entren en juego no solo las concepciones sobre el conocimiento, el saber y la práctica, sino también aquellas sobre la experiencia, su sentido y la
perspectiva política en que inscribe su quehacer (Mejía, 2006, p. 1).