El Tiempo Compartido es un concepto relativamente nuevo como figura jurídica en el campo del derecho y en especial en el de los bienes raíces. El Tiempo Compartido como convención, es una figura jurídica que en México a nivel federal y en la mayoría de los Estados se ha mantenido atípica, aunque en los últimos diez años haya sido recurrida por los desarrollos turísticos y recreacionales de manera sistemática para la obtención de recursos, recuperación de inversiones o impulso económico de diversas zonas. Esta figura jurídica presenta una problemática bastante interesante respecto de la forma convencional en que está siendo utilizada, así como en las regulaciones existentes. En el primer capítulo de este estudio, intentamos mostrar la forma en que la idea de esta figura nació y cómo se fue desarrollando en diversos países de Europa y América. Este capítulo presenta además la forma en que ha aparecido la costumbre y cómo está siendo aplicada, cómo ésta ha evolucionado para la creación de una legislación que en Europa hasta la fecha tiene algunas carencias; y en lo que toca a América ha existido un más amplio desarrollo legislativo y cómo en los Estados Unidos, debido a su proliferación, ha llegado a tener más legislación directa en esta materia y cómo se han adaptado algunas indirectas a la regulación de la figura. Asimismo, presentamos de manera general una comparación de las pocas legislaciones existentes o de la costumbre y cómo ésta se aplica ante la gran ausencia de una regulación adecuada. Al hablar de la legislación explicamos los puntos sobresalientes, así como los conceptos que se plantean en éstas como una forma de regulación de esta figura. El segundo capítulo nos habla de las nociones que consideramos básicas para el entendimiento de los contratos. En ellas hacemos mención de las generalidades en un contrato donde explicamos la naturaleza de éstas, su definición en nuestra legislación y la comparamos con otras extranjeras. Explicamos la naturaleza de los convenios, intentando justificar la naturaleza creadora de éstos y los comparamos - con el concepto que se tenía a mitad del siglo pasado para su elaboración y finalidad. Por otro lado, los relacionamos con la libertad convencional, explicando cuál es la finalidad de ésta y más aún, qué debemos entender de ese concepto. Ese concepto lo relacionamos con la exposición de motivos del Código Civil de 1928 para el Distrito Federal, para entenderlo en el contexto de nuestra legislación, la vigencia que tiene como una forma de evolución del derecho y principio general para la elaboración de contratos en general, sin importar su tipicidad o atipicidad. Respecto de la tipicidad de los contratos, estudiamos la importancia de esta clasificación, así como lo profundo de este concepto, ya que esta es la forma en que se clasifica la libertad de las partes en la elaboración de los convenios, creando nuevos contratos como el de Tiempo Compartido. En el tercer capítulo, bajo una metodología utilizada por el maestro Ramón Sánchez Medal, misma que utiliza en su libro de los contratos civiles, consistente en el estudio de un contrato presentando los elementos reales, formales y personales del mismo, en lugar de los elementos de existencia y validez que utiliza nuestra legislación y doctrina, tratamos de presentar un estudio más amplio y completo de este contrato, ya que esta metodología nos permite de una manera integral estudiar y alcanzar lo que nuestra doctrina y legislación nacional hace, y agregar en un mismo cuerpo otras características de los contratos que nos hacen entender mejor, -pudiendo resaltar los aspectos distintivos de la figura del Contrato de Tiempo Compartido. En este mismo capítulo hacemos aportaciones personales y aplicamos conceptos del extranjero e inclusive nacionales para el estudio del contrato y la feliz explicación del mismo. Analizamos el consentimiento en este contrato, así como el objeto, y dentro de éste explicamos lo que da a este contrato distinción de otros. Igualmente, en todos estudiamos a los sujetos del contrato, otro de sus elementos, su capacidad y legitimación, dejando al último los elementos formales. Los Derechos y Obligaciones de las partes son obtenidos principalmente de la costumbre existente en el país y en el extranjero, así como de legislación nacional que, aunque muy pobre, existe. En lo personal hacemos aportaciones que consideramos necesarias, para la descripción de la figura, y presentamos propuestas dentro de estos derechos y obligaciones, que consideramos son necesarias para el justo equilibrio de ellas, así como para el funcionamiento adecuado de la figura. El último capítulo nos muestra la clasificación del contrato en base a la metodología propuesta en nuestra legislación como por la doctrina nacional, es decir, lo clasificamos en función de los derechos y obligaciones que, la forma en que nace, su ejecución y su tipicidad, dejando al último la interrogante de su naturaleza civil o mercantil.