Protocolo de investigación
Desarrollo y eficiencia de micro y nanocápsulas de Flourensia spp. como vehículo de incorporación de agentes bioactivos
Autor
Jasso Cantú, Diana
Resumen
I. Flourensia spp.
La investigación sobre agentes bioactivos de plantas del semidesierto ha continuado en el género Flourensia, tribu Heliantheae, que consta de 32 especies de arbustos resinosos. Nueve de estas especies son nativas del norte y centro de México. En el presente estudio se evaluaran tres especies endémicas del estado de Coahuila Flourensia microphylla (Gray) S.F. Blake [Encelia m. Gray]; Flourensia cernua D.C. con los nombres comunes: hojasen, tarbush, blackbrush, bush de barniz; Flourensia retinophylla S.F. Blake, nombre común yerba de mula (Jasso de Rodríguez, 2007; Dillon, 1984).
F. cernua es la especie más estudiada. La composición química de la resina de F. cernua consiste en flavonoides (Rao et al., 1970; Dillon et al., 1976; Wollenweber and Dietz, 1981), sesquiterpenoides (Kingston et al., 1971; Pettersen et al., 1975; Tellez et al., 1997, 2001), acetilenos, p-acetofenonas, benzofuranos y benzopiranos (Bohlmann and Grenz, 1977; Aregullin and Rodríguez, 1983). Flourensia rethinophylla tiene agliconas flavonoides; 5, 7,3 - trihidroxi - 3 - isobutiroil - flavanonol; 5, 7,3 trihidroxiflavona; 5,7 - dihidroxi - 3 - metoxi - flavanona; 5,7 dihidroxiflavona (Pinocembrina); Kaempferol 3,7 - dimetil éter (Kumatakenin) (Dillon and Mabry, 1977; Stuppner and Müller, 1994).
II. Micro y nanoencapsulación
La nanotecnología es un área emergente de tecnología que se ocupa de la producción, procesamiento y aplicación de materiales de tamaño inferior a 1000 nm. La British Standards Institution ha definido la nanotecnología como el diseño, la caracterización, la producción y la aplicación de estructuras, dispositivos y sistemas mediante el control de la forma y el tamaño en la nanoescala que es 10-9 m (Bagchi et al., 2013). La encapsulación es una tecnología con muchas aplicaciones potenciales en áreas tales como las industrias farmacéutica y de alimentos. La encapsulación de moléculas bioactivas a nanoescala se conoce como nanoencapsulación (Quintanilla Carvajal et al., 2010).
El método de encapsulación se ha empelado para proteger compuestos bioactivos (polifenoles, micronutrientes, enzimas, antioxidantes y nutracéuticos), del medio ambiente adverso y para la liberación controlada en sitios específicos (Gouin, 2004; Ezhilarasi et al., 2013). Lo anterior da como resultado mayor eficacia de dosificación y mejora la rentabilidad del producto (Mozafari, 2006).
La microencapsulación de compuestos de actividad biológica (ADN, fármacos, proteínas, probióticos, enzimas, etc.), desde el punto de vista tecnológico, podría definirse como el proceso de recubrimiento de dichos compuestos, bajo la forma de moléculas, partículas sólidas o glóbulos líquidos, con materiales de distinta naturaleza, para dar lugar a partículas de tamaño micrométrico. Esta tecnología se utilizó en el pasado para enmascarar el sabor desagradable de ciertos ingredientes y también para trasformar los líquidos en sólidos. Sin embargo, en los últimos años, el concepto de liberación controlada del ingrediente encapsulado en el sitio especifico y en el momento adecuado, se ha vuelto cada vez más interesante e investigado.
Las microcápsulas se diferencian de las microesferas principalmente por el tipo de estructura interna. En el primer caso, el principio activo, que puede ser de naturaleza líquida o sólida, se encuentra incluido en una especie de reservorio recubierto por una fina película de material. En el caso de las microesferas, el principio activo se encuentra altamente disperso bajo la forma de diminutas partículas o de moléculas en una matriz de material que puede ser lo mismo del recubrimiento. La obtención de un tipo de estructura u otro, depende de las propiedades fisicoquímicas del principio activo y del material de recubrimiento, así como del proceso tecnológico elegido (Arneodo, 1996).
III. Aplicación biológica de micro y nanocápsulas
Hasta el presente, la mayor desventaja de los tratamientos que implican transporte de fármacos, es la inadecuada distribución de los medicamentos (Grande, 2007). Las micro y nanocápsulas son utilizadas en aplicaciones farmacéuticas, debido a que son sistemas muy interesantes transportadores de fármacos que no puedan administrarse vía oral: como son los nuevos fármacos producto de la revolución biotecnológica, proteínas, péptidos, hormonas o enzimas, los cuales son degradados fácilmente por las enzimas del tracto gastrointestinal (Sáez et al., 2004).
Para la liberación controlada de fármacos es necesaria la previa encapsulación o desactivación de los compuestos activos, para que no actúen durante su tránsito por el cuerpo hasta llegar al lugar afectado, de forma que mantengan intactas sus propiedades físico - químicas y que se minimicen posibles efectos secundarios en otras zonas del cuerpo. Una vez que el fármaco ha llegado a su destino, debe liberarse a una velocidad apropiada para que sea efectivo, lo cual se puede hacer mediante una variación de ciertas condiciones (pH, temperatura, etc.) en la zona dañada, o mediante un control preciso de la velocidad de degradación del material encapsulante, permitiendo que la liberación del fármaco sea controlada (Lechuga, 2011).
Los fármacos terapéuticos se administran en forma intravenosa y por lo tanto se distribuyen en el torrente sanguíneo, con el consecuente efecto no deseado de que atacan todo tipo de células, incluidas las sanas. Por ejemplo, los efectos secundarios de la administración de anti-inflamatorios en pacientes con artritis crónica conllevan a la suspensión de su uso; sin embargo, si su aplicación pudiera localizarse sólo en la parte afectada, entonces podría aplicarse una droga potente y efectiva de forma continua.
Las técnicas actuales de producción y caracterización de micro y nanocápsulas han permitido descubrir un nuevo mundo de propiedades físicas que no pueden explicarse con los esquemas clásicos bien establecidos en la teoría de la materia condensada. El tamaño de las micro y nanocápsulas y su capacidad para enlazar moléculas orgánicas permite su utilización como transportador de fármacos a sitios específicos dentro del organismo (Grande, 2007).