Within the Mesoamerican worldview, maize is synonymous with the body and represents the primary food of the human being, accompanied by a complex planting system known as milpa. Said system, we believe, celebrates the interrelation between the diversity of species, serving, in this way, as a metaphor to understand our social construction. In this metaphor, there is an interrelationship between human beings and the landscape in a chain of changes manifested in daily life; that is to say, the changes are visible by exploring inhabiting; how we produce; and how our environment produces us. Through the rescue of this interrelation exploring the narration of daily life in Baxtla, Veracruz, this article aims to blur the fine lines that separate the milpa from one of the ancestral traditions that accompany Mesoamerican men and women to this day: the celebration of death.Dentro de la cosmovisión mesoamericana, el maíz es sinónimo de cuerpo y representa el alimento primario del ser humano, el cual se acompaña de un sistema de siembra complejo conocido como milpa. Dicho sistema, creemos, celebra la interrelación entre diversidad de especies, sirviendo, de esta manera, de metáfora para entender nuestra propia construcción social. En dicha metáfora, ser humano y paisaje quedan interrelacionados en una cadena de cambios que se manifiestan en el cotidiano; es decir, los cambios son visibles explorando el habitar, o la forma en la que producimos y somos producidos por nuestro entorno. A través del rescate de esa interrelación explorando la narración de la vida cotidiana en Baxtla, Veracruz, este artículo se propone desdibujar las finas líneas que separan la milpa de una de las tradiciones ancestrales que acompañan al hombre y la mujer mesoamericanos hasta nuestros días: la celebración de la muerte.