Tesis de maestría
Evaluación de la conectividad estructural y funcional, bajo la implementación de escenarios de reforestación en el corredor Podocarpus-Yacuambi, Ecuador
Fecha
2014Autor
Alonso Fernández, Ana Milena
Resumen
Los corredores biológicos son estrategias de conservación que han surgido con el fin de facilitar la conectividad de poblaciones, comunidades y procesos ecológicos entre fragmentos de bosque. Esta conectividad comprende una parte estructural, que se refiere a la conexión física del paisaje y otra funcional que está relacionada con el comportamiento de los organismos ante la estructura física. Resulta de gran importancia evaluar la conectividad en la implementación de un corredor biológico, ya que de esto depende su correcto funcionamiento. Dentro de los corredores existen asentamientos humanos donde se llevan a cabo actividades productivas, por tanto es necesario implementar actividades sostenibles que ayuden a establecer la conectividad y además sean de beneficio para las comunidades. El presente trabajo se realizó en el corredor de conectividad Podocarpus-Yacuambi (Yawi-sumak) ubicado en el sur del Ecuador. Se evaluaron métricas del paisaje con el objetivo de determinar el grado de conectividad estructural y se analizó la potencial conectividad funcional en tres especies de mamíferos: Tapirus pinchaque, Sturnira erythromos y Cebus albifrons, mediante el programa “corridor design” el cual es un juego de herramientas para ArcGIS que modela mapas de idoneidad de hábitat, parches de hábitat y corredores con datos principalmente de calidad de hábitat y rango de hogar de las especies. Adicionalmente, se llevó a cabo la simulación de un escenario de reforestación de ampliación de bordes en parches de bosque (5m, 10m y 15m) y otro escenario de cercas vivas con un arreglo regular y disperso para evaluar el grado de conectividad estructural y funcional. La simulación de los escenarios se hizo en la región occidental del corredor y en las zonas fragmentadas dentro de las dos parroquias (Imbana y Sabanilla). Para conocer la disposición de la población a la implementación de distintos tipos de reforestación, también se realizaron entrevistas semiestructuradas a 62 finqueros de la región. El corredor tiene una extensión de 315 346 hectáreas, la cobertura con la mayor proporción es el bosque (71%); sin embargo, este uso del suelo tuvo el mayor número de parches, la mayor densidad de borde, índice de contraste de borde y uno de los más bajos índices de conectividad, lo cual es indicativo de fragmentación. El 90% de los parches de bosque tienen un tamaño menor a 10 ha y menos del 1% son parches de más de 200 ha. A nivel de paisaje el índice de contagio fue de 74% y el índice de conectividad con un umbral de distancia de 40 Km alcanzó el 74%. El hábitat óptimo para el Tapirus pinchaque abarco la mayor proporción del corredor en comparación con las otras especies (78%), para Sturnira erythromos fue de 72%, mientras que Cebus albifrons obtuvo la menor proporción de hábitat óptimo (29%) y el de mayor fragmentación. En cuanto al análisis de los escenarios de reforestación, las cercas vivas presentaron resultados similares en el arreglo disperso y regular. El cambio relativo en el paisaje total al comparar los escenarios fue mayor para la ampliación de borde en parches de bosque a 15m; sin embargo, este es el escenario de menor preferencia para los finqueros. El área de hábitat funcional para Tapirus pinchaque y Sturnira erythromos aumentó con los escenarios, así como también disminuyó el número de parches, teniendo mayor efecto el escenario de ampliación de parches a 15m. Por otra parte, el 94% de las personas entrevistadas está dispuesta a implementar cercas vivas, el 43% en hacer plantaciones en bloque, 27% sembrar árboles aislados, 61% permitiría la regeneración en terrenos que no utiliza; apenas el 13% está interesado en ampliar fragmentos de bosque y el 29% en sembrar árboles en quebradas. El estudio sugiere que a pesar de que el bosque tiene una gran proporción, la conectividad estructural es baja debido a la fragmentación. La conectividad funcional para el tapir y el murciélago es óptima; no obstante, existen cuellos de botella en las zonas fragmentadas. El aumento en el índice de conectividad y contagio es moderado para ambos escenarios, es importante implementar mecanismos como los acá planteados que mejoren la cobertura vegetal. Conservation mechanisms such as biological corridors, aim to facilitate the connectivity of wildlife populations, communities, and ecological processes between forest fragments. This connectivity comprises a structural part, which refers to the physical connection of landscape, and a functional part, related to the behavior of organisms in the physical structure. It is of great importance to assess connectivity in the implementation of a biological corridor, since this is essential to their proper operation. Moreover, within corridors where there are human settlements, jt is necessary to implement sustainable activities that help establish connectivity and also benefit the human communities. This work was done in the Podocarpus-Yacuambi (Yawi-sumak) corridor in southern Ecuador. Structural connectivity was analyzed using landscape metrics and functional connectivity was analyzed in three mammalian species: Tapirus pinchaque, Cebus albifrons and Sturnira erythromos. Additionally, we simulated scenarios of reforestation by enlarging existing forest patches (5m, 10m and 15m) and scenarios of live fences with regular and scattered arrangement to assess the structural and functional connectivity these scenarios. The simulations were made in the western corridor and in fragmented areas within the two parroquias (Imbana and Sabanilla). Semi-structured interviews of 62 farmers in the region were also performed to understand the attitudes of the population regarding implementation of different types of reforestation. The corridor has an area of 315,346 hectares. Seventy-one percent is forest; however, this land use had the highest number of patches, the highest edge density, the highest edge contrast index and one of the lowest levels of connectivity, indicating high fragmentation. Ninety percent of the forest patches are smaller than 10 ha and less than one percent are patches of more than 200 ha. At the landscape level, the contagion index was 74 percent and connectivity with a threshold distance of 40 Km reached 74 percent. The optimal habitat for Tapirus pinchaque spanned the largest proportion (78%) of the corridor compared to Sturnira erythromos (72%) and Cebus albifrons (29%). Cebus albifrons also had the most fragmentation. In the analysis of the reforestation scenarios, all three led to an increase in natural coverage and therefore a decrease in anthropogenic land use. The live fences had similar results in both the scattered and regular arrangement. The relative change in the total landscape was at 15m. The area of functional habitat for Tapirus pinchaque and Sturnira erythromos increased with all the scenarios. The number of patches decreased, with the greatest effect for the 15m expansion. Attitudes toward reforestation efforts varied, 94 percent of respondents are willing to implement live fences, 43 percent to create block plantations, 27 percent to plant isolated trees, and 61 percent to allow regeneration on unused land. However, only 13 percent are interested in expanding forest fragments and 29 percent in planting trees in ravines. The study suggests that although forest covers a large proportion of the landscape, structural connectivity is low due to fragmentation. Functional connectivity for the tapir and the bat is optimal; however, there are bottlenecks in fragmented areas. The contagion and connectivity indices increase for both types of simulated scenarios. Thus it is important to implement mechanisms such as those describe here that will improve forest coverage.