El trauma se define como una lesión severa a nivel orgánico, resultante de la exposición aguda a un tipo de energía (mecánica, térmica, eléctrica o química) en cantidades que exceden el umbral de la tolerancia fisiológica. La lesión física puede ser causada por un traumatismo no penetrante (romo) o penetrante. El trauma penetrante incluye trauma vehicular, caída/compresión o lesión por aceleración y desaceleración. Un accidente resultante de un traumatismo no penetrante puede incluir uno o todos los mecanismos de lesión. La lesión traumática puede resultar en muerte aguda debido a la gravedad del daño primario, la supervivencia inicial y la subsecuente muerte debido a complicaciones (hemorragia retardada, disfunción multiorgánica, infección o sepsis). Se clasifica a un paciente como politraumatizado cuando éste haya sufrido un episodio traumático en el cual potencialmente dos o más sistemas orgánicos puedan verse comprometidos. Con cierta frecuencia se reciben perros y gatos politraumatizados, que requieren una atención inmediata, los daños orgánicos más frecuentes son lesiones torácicas, neurológicas, abdominales así como osteoarticulares.