The systematic review and meta-analysis carried out emphasize the crucial importance of physical activity in the prevention of cardiovascular diseases (CVD), the main causes of morbidity and mortality worldwide. The research included the meticulous selection of 16 studies, encompassing varied methodological designs such as randomized controlled trials, cohort and cross-sectional studies, which consistently revealed that regular exercise markedly reduces the risk of cardiac pathologies. This analysis highlighted a dose-response relationship between physical activity and CVD, suggesting that higher levels of exercise are associated with a lower frequency of adverse cardiovascular events. Moderate to high intensity aerobic activity, combined with resistance exercise for at least 150 minutes weekly, showed the greatest preventive efficacy. The universality of the beneficial effects of physical activity was demonstrated in various population subgroups, but the need to personalize recommendations based on specific demographic factors was also recognized to optimize their preventive effectiveness. The findings support the development of public policies and health strategies that promote active, accessible and safe lifestyles for all. Future research should continue to explore the relationship between physical activity and cardiovascular health to establish optimal exercise guidelines and maximize the preventive benefits of exercise in diverse populations. These findings highlight physical activity as an essential and universally beneficial component in CVD prevention, worthy of priority inclusion in the design of public health programs.  La revisión sistemática y metaanálisis realizada enfatizan la importancia crucial de la actividad física en la prevención de enfermedades cardiovasculares (ECV), principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. La investigación incluyó la selección meticulosa de 16 estudios, abarcando diseños metodológicos variados como ensayos controlados aleatorizados, estudios de cohorte y transversales, los cuales revelaron consistentemente que el ejercicio regular reduce marcadamente el riesgo de patologías cardíacas. Este análisis destacó una relación dosis-respuesta entre la actividad física y las ECV, sugiriendo que mayores niveles de ejercicio están asociados con una menor frecuencia de eventos cardiovasculares adversos. Una actividad aeróbica de intensidad moderada a alta, combinada con ejercicios de resistencia durante al menos 150 minutos semanales, mostró la máxima eficacia preventiva. La universalidad de los efectos beneficiosos de la actividad física se demostró en diversos subgrupos poblacionales, pero también se reconoció la necesidad de personalizar las recomendaciones basándose en factores demográficos específicos para optimizar su efectividad preventiva. Los hallazgos apoyan el desarrollo de políticas públicas y estrategias de salud que promuevan estilos de vida activos, accesibles y seguros para todos. La investigación futura deberá continuar explorando la relación entre la actividad física y la salud cardiovascular para establecer pautas de ejercicio óptimas y maximizar los beneficios preventivos del ejercicio en poblaciones diversas. Estos descubrimientos subrayan la actividad física como un componente esencial y universalmente beneficioso en la prevención de ECV, meritorio de inclusión prioritaria en el diseño de programas de salud pública.