Justicia en clave bioética : inspirada en el pensamiento de Alasdair Macintyre
Autor
Rodríguez González, Diana María
Institución
Resumen
Este texto considera los significados que se conjugan desde las
perspectivas dadas por la categoría justicia, al estudiar las relaciones:
individuo-sociedad, conocimiento–moral, en el pensamiento de
Alasdair MacIntyre. Toma como referencia las obras: El concepto de
inconsciente, Historia de la ética, Tras la virtud, Justicia y racionalidad, Tres
versiones rivales de la ética: enciclopedia, genealogía y tradición, Animales
racionales y dependientes: Por qué los seres humanos necesitamos las
virtudes. Con esta construcción epistémica se resignifican las relaciones
existentes entre bioética y vida cotidiana, al explicitar los nexos de la
justicia en sí: el sentido común, el conocimiento, la moral, el sentido y
la calidad de vida.
Se usó como metodología la hermenéutica-fenomenológica a
partir de la teoría social elaborada por Alfred Schutz1
haciendo un
reconocimiento de las ideas claves, respecto a los significados internos
del comportamiento humano que favorecen abordar con eficacia
técnicas-métodos, para resolver problemas que se asocian con la justicia
en sí. Para el fenómeno social que denomino: vida cotidiana consideré
los cuatro esquemas de referencia de la propuesta de análisis de Schutz:
la personalidad social, el acto social, el grupo social y las relaciones sociales. “Las estructuras formales de las actividades comunes2
”
de Garfinkel permitieron determinar la condición ontológica del
fenómeno de la justicia en sí, al comprender su estructura, su dinámica
y significado; esto, posibilitó una reinterpretación del sentido de los
fenómenos del mundo de la vida en clave bioética.
De esta manera, establezco la justicia, como facultad humana que
reclama, por medio del constructo epistémico bioética, una revolución
en el pensar a favor de la conservación de la vida planetaria y de
la especie animal racional-dependiente llamada comúnmente ser
humano; igualmente, construyo consideraciones para reencontrar
la posibilidad de adaptarnos3
al medio, con nuestros proyectos e
ilusiones; encontrando en consecuencia, la resignificación de la moral
como proyección, futuro, esperanza, creación, inteligencia y capacidad
para poner nuestros proyectos en obra; en términos zubirianos es así
como nos apropiamos de nuestras mejores posibilidades.
Así, se reconoce cómo la forma de participar de los individuos en
la vida cotidiana, “con todos los aspectos de su individualidad… al
poner todos sus sentidos, todas sus capacidades intelectuales, sus
habilidades manipulativas, sus sentimientos, sus pasiones, ideas e
ideologías4
”, incide-orienta decisiones pues se convierte en factor
fundamental a la hora de establecer las formas de convivencia en las
sociedades y se instaura la medida con la que se decide vivir.
Por tanto, la justicia nos hace recordar que vivimos en un mundo
donde los individuos y las sociedades articulan diferentes fuerzas que
ostentan una tendencia a actuar en contra de la propia conservación de la vida5
, siendo los motivos67 en la vida cotidiana los que constituyen
el campo para la acción. Su análisis en relación con la justicia durante
nuestro comportamiento cotidiano es superlativo. Frente a este
entrecruzamiento de circunstancias y/o fuerzas este estudio usó como
pregunta orientadora: ¿Cuáles consideraciones permite construir la
relación justicia-dikaiosune- bioética para el mundo cotidiano, en la
propuesta ética de Alasdair MacIntyre?
Bajo esa perspectiva la Justicia en sí o justicia misma (dikaiosune)
es el término central usado por Alasdair MacIntyre8
, para poner en
relieve la esencia y la función de la justicia en el Alma del hombre;
es decir, el silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al
ser; así, la justicia es la virtud que conserva (un buen orden) toda
cosa en su lugar apropiado, la justicia como unidad. Al apoyarse
en Sócrates hace referencia a la segunda clase de bienes indicando
que la justicia tiene valor por sí misma no por los efectos que pueda
tener. Prescinde del castigo que pueda llevar consigo, trata de ver
lo que es en sí misma, lo que produce esencialmente en el hombre
injusto. Lo explicita a la luz de la psicología de Agustín de Hipona;
citado por Tomás de Aquino, cuando complementa y articula los aportes de Aristóteles sobre la dinámica entre racionalidad práctica
y la justicia.
Igualmente, al ser un estudio hermenéutico–fenomenológico9
que aborda la justicia en sí, consideré el método histórico-analíticodialéctico y simbólico inherente en el estilo del autor analizado. Él
concibe como inspiradores de su estilo filosófico narrativo a George
Edward Moore (1873-1958), filósofo británico, Ludwig Josef Johann
Wittgenstein (Viena, Austria, 1889, Cambridge, Reino Unido, de 1951)
y Gilbert Ryle (Brighton, 1900 – Oxford 1976). MacIntyre10, examina el
uso del lenguaje corriente a fin de captar su corrección e incorrección
en relación con los juegos lingüísticos que se entrecruzan en el habla.
Señala que los conceptos exhiben una interdependencia recíproca
pues lo inconsciente influye en todos. Sus obras explican la historia de
la justicia misma mediante el estudio de la importancia filosófica de la
historia de la ética. Así, redescubre que “aunque lo que se considera
correcto o bueno no es siempre lo mismo, de un modo general los
mismos conceptos de correcto y bueno son universales11” comprende
que la justicia es connatural al animal racional y social que tiene como
principal actividad la perfección en el obrar, tal cual asume Sócrates
cuando argumenta a favor del intelectualismo moral, y desarrollan:
Aristóteles en su Ética a Nicómaco, Tomas de Aquino en su propia teoría
moral, Max Scheler al referirse a la naturaleza humana, Hans George
Gadamer cuando considera que educación es educarse, Paul Ricoeur
con su preocupación fundamental por la comprensión del ser humano
y Paulo Freire al exponer la vocación ontológica del ser humano.
En consecuencia, la ética sólo puede ponerse en acto, practicando la
justicia en sí. Concebir su papel en la bioética, deja claro lo que se requiere
entender por justicia misma y cómo ésta requiere reorientarse en la práctica. Así, en perspectiva bioética, este estudio atiende la propuesta
de V.R. Potter12 en la cuestión de la justicia cuando visualiza la bioética,
como una nueva sabiduría que proporcionará a la humanidad nuevos
conocimientos y cómo usarlos para la conservación de la vida. A mi
entender el planteamiento de Potter es una muestra de interés por
estudiar las relaciones existentes entre bioética, justicia en sí y vida
cotidiana13. Esta investigación continúa el rumbo marcado por Potter;
por ello, resignifica del uso dado14 a los conceptos: juicio, juzgar, justo
por ser constitutivos de la moralidad, la cual “no es una categoría
de pensamiento y de práctica distinta y autónoma, es donde nos
movemos15” interfiere en nuestra manera de interpretar y comprender;
es decir, en nuestra forma de hacer y comprender la epistemología. Da
criterio para cuestionar los actuales avances en ciencia y tecnología
al requerir reconsiderar una revolución en el pensar en torno a si la
vida debe tener prioridad sobre los intereses de la ciencia. Bajo esta
perspectiva bioética, esta argumentación aporta elementos de análisis
para potenciar la reflexión, observación y vivencia del agenciamiento
como capacidad-funcionamiento que empodera a las personas,
permitiéndoles lograr una vida valiosa. Entiendo por tal, una vida en
que se tiene en cuenta la inmanencia a favor de la trascendencia al
comprender la respuesta de Alasdair MacIntyre a la pregunta de por
qué los seres humanos necesitamos de las virtudes.
Dicho de otro modo, una persona al buscar lo bueno y lo mejor en
el aquí y él ahora es racional, requiere considerar cinco habilidades
relacionadas entre sí. La primera, consiste en que el agente es capaz de
caracterizar la situación particular en la que se encuentra destacando
los rasgos relevantes de esa situación para la acción inmediata. En
segundo lugar, razona entre las cosas buenas para él como agente
hacia un concepto del bien en cuanto tal. La tercera habilidad, es como
agente “el haber sido capaz también de comprender sus bienes en
cuanto participante en una variedad de tipos de actividad apropiados
para uno de su edad, de su estado de desarrollo educativo, metido
en su profesión particular, etc16”. En cuarto lugar, tiene que haber
sido capaz de razonar a partir de su comprensión del bien en general,
del bien al que le sobran cualificaciones, a una conclusión acerca de
cuál de los bienes específicos -cuyo logro le resulta inmediatamente
posible- debería de hecho proponerse alcanzar inmediatamente
como lo mejor para él. MacIntyre17 aclara que estas habilidades se
desarrollan por medio de un entrenamiento en contextos altamente
especializados, donde la quinta habilidad consiste en emplear
conjuntamente las cuatro anteriores; por tanto, requiere auto
desarrollarlas sistemáticamente y demostrarlo durante el ejercicio de
apropiación de la virtud de las promesas; aclara, que es en la casa y
en la polis donde se aprende a ejercer esta quinta habilidad. Así, la
disposición para servir los deseos de hacer lo que la razón le indica es
la evidencia de que ésta se posee. Es decir, los deseos de hacer lo que
la razón indica junto con las disposiciones para la acción deben estar
organizados sistemáticamente para servir a lo que la razón propone; de lo contrario, se actuará movida por consideraciones que distraen su
atención o ignorará lo que sabe que es mejor.