| dc.description.abstract | En la actualidad, las instituciones de la Defensa Nacional, se ven enfrentadas a
realidades y demandas sociales que involucran nuevos enfoques a sus roles y misiones
militares tradicionales. Adicionalmente, la búsqueda del desarrollo nacional y de un peso
específico en el concierto externo, han hecho que Chile asimile convenciones
internacionales en materias políticas, jurídicas, económicas y comerciales, entre otras de
interés.
Dentro de estas convenciones, los presupuestos por programas en el campo de la
defensa, son una herramienta inequívoca para monitorear y alcanzar los objetivos
planificados en las respectivas estrategias nacionales, a la vez que buscan homologar y
transparentar los gastos sectoriales ante los vecinos continentales, de tal manera que
permita construir un desarrollo seguro y sustentable, basado en una disuasión y/o relación
creíble.
Por otra parte, el desarrollo de la institucionalidad post-bicentenario, ha
encontrado áreas atrasadas o estancadas en relación a la realidad, contexto y democracia
nacional, como es el caso de una longeva "Ley Reservada del Cobre" para la inversión en
bienes de capital para la defensa, la ausencia de una colegiada "Estrategia y Política de
Seguridad y Defensa Nacional" y la inexistencia de una definición de capacidades a
mantener, obtener o desarrollar. A su vez, por una cultura inercial muy arraigada entre las
instituciones de las FF.AA., el lento establecimiento y consolidación de un nuevo
Ministerio de Defensa y órganos dependientes, así como la falta de convergencia en
materias técnicas y organizaciones, que debieran ser comunes para la mejor gestión,
eficacia y eficiencia, la modernización sectorial se dificulta y no está en sintonía con el
avance del resto de la administración pública. | |
