dc.creatorBonacic, Cristián
dc.creatorIbarra, José Tomás
dc.date.accessioned2023-07-18T14:07:47Z
dc.date.accessioned2023-09-22T23:11:17Z
dc.date.available2023-07-18T14:07:47Z
dc.date.available2023-09-22T23:11:17Z
dc.date.created2023-07-18T14:07:47Z
dc.date.issued2010
dc.identifierfile:///C:/Users/crojas/Downloads/Fauna%20Andina_UC.pdf
dc.identifier9789563199406
dc.identifierhttps://bibliotecadigital.ciren.cl/handle/20.500.13082/148217
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/8805272
dc.description.abstractLa cordillera de Los Andes constituye el eje conductor del paisaje de Chile, desde la zona norte hasta el extremo sur. Sin lugar a dudas, la majestuosidad y valor estético de nuestra cordillera cobra especial significado en la zona central de Chile. Las altas montañas con sus glaciares y valles, condicionan los atributos del paisaje y las formas de uso de la tierra, así como las especies de flora y fauna que aún subsisten en estos ambientes. Un atributo fundamental de la cordillera es la gran diversidad de hábitats propicios para plantas y animales, también propios de los denominados ecosistemas mediterráneos. Dichos ambientes están presentes en pocas zonas del planeta (en total menos del 5% de los ecosistemas del mundo) y su nombre proviene de la cuenca del mar Mediterráneo en Europa. En menor escala, ambientes similares están presentes en Norteamérica (California), Sudáfrica y Chile. Es en nuestro país, donde aún persisten importantes refugios para la vida silvestre, no obstante los 500 años de colonización y transformación de los ecosistemas. Las tierras bajas de la cordillera de Los Andes, sus valles y praderas altoandinas, han estado sujetas a la intervención del hombre por casi 400 años. La agricultura, ganadería y transformación de zonas planas en grandes asentamientos humanos, modificaron el paisaje y los ambientes nativos a niveles insospechados por los primeros naturalistas que llegaron a esta zona de Sudamérica. Ellos describieron la rica flora y fauna junto a densos bosques y humedales que hoy ya no están presentes. Especies como el puma, guanaco y cóndor habitaban no sólo las altas cordilleras, sino que también el valle central y la cordillera de la costa. Un actor fundamental de este proceso transformativo ha sido la ganadería extensiva y trashumante que se mueve históricamente entre las praderas altoandinas y las tierras bajas entre verano e invierno, respectivamente. Ésto, sumado a la caza ilegal y la deforestación han generado que una parte importante de los ambientes mediterráneos presenten grados significativos de deterioro. En la actualidad los proyectos de expansión urbana, carreteras y gran minería tienen desafíos relacionados con la compatibilización de sus actividades productivas con la protección de los ambientes mediterráneos donde se implementan
dc.languagees
dc.publisherPontificia Universidad Católica de Chile. Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal
dc.subjectFauna
dc.subjectBiodiversidad
dc.subjectRecursos fauna
dc.titleFauna Andina: historia natural y conservación
dc.typeLibro


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