Trabajo de grado - Pregrado
Fractura. Habitar, lineas y fragmentos
Fecha
2023-06-04Registro en:
instname:Universidad de los Andes
reponame:Repositorio Institucional Séneca
Autor
Arias Gómez, David Santiago
Institución
Resumen
El reconocer la historia del sitio elegido da paso a observar la fractura, el punto de quiebre, el umbral donde se sitúa la convergencia de factores tales como la cultura, el arte, el medio ambiente, la lucha, la territorialidad, entre otras. De esta forma el umbral no solo es el punto de transición terrestre por el cual se transita, ni el nodo al cual llegar. Se presenta acá como el deambular constante de los recuerdos, el deambular de las hojas, del cuerpo de agua, del sonido propio del espacio que se vuelve profundo y penetra en todo aquello que vive ahí.
Se habita la fractura en cuanto se reconoce que su espacio es el intermediario entre dos o más, es el nudo hilado por las líneas superpuestas. Al reconocer esto, el rio deja de ser solamente el elemento que quebranta la montaña y ahora fluye con ella, se hunde en sus capas, en sus cotas. Ya no es rio sino árbol nutrido desde sus raíces aéreas que confluyen del cerro para abajo, que nutre por donde pasa, que sigue entre las rocas y se confunde bajo los árboles.
Este umbral que se genera acá desde la ruptura se ve representado en la obra de Piet Mondrian, en su trasegar entre las diferentes corrientes artísticas de las cuales se nutría, impresionismo, postimpresionismo y cubismo, para decantarse por una obra propia, el Stijl. Es así como el árbol que está presente en una seri de pinturas desde sus primeros años se abstrae en sus formas más puras, el recuerdo de lo movedizo y lo fijo se hace presente en sus curvas y los colores penetran en la mente, en un flujo constante entre luz y oscuridad. No es el Mondrian que retrata la luz y los paisajes sin el tacto de la abstracción, no es el Mondrian en que las líneas se purifican en un Angulo de 45 grados en medio de colores impecables. Se presenta acá bajo el umbral de la abstracción, bajo la ruptura del tiempo, de los aprendizajes de los primeros años y el conocimiento venidero de aquellos que hacen faltan.
Los anteriores aprendizajes se consolidan en una idea. Son las dos serpientes que nacen de los lagos y que vuelven a ellos, que se funden con la naturaleza y la fertilizan. Yo no es solo un puente que se posa, se juega con sus escales, se expande y contrae, se mueve entre las mallas activas de la vida cotidiana y trata de comprender aquello por lo que está rodeado. Se inicia de esta forma los cimientos de una propuesta que busca consolidar el deambular desde su unión con el habitar el espacio.
La fractura deja de ser el único elemento relevante y el territorio toma cada vez más presencia. Los edificios de apartamentos y los procesos de construcción informal están siempre presente. Es debido a esto que se opta en no centrarse netamente en el punto de quiebre, en el Rio Fucha y su conexión central. Se toma en cuenta las preexistencias de cada lugar y se busca hilar, expandir el umbral, desde la Vitelma hasta el costado sur oriente de San Cristóbal.