Artículo de revista
Reconcibiendo la filosofía de la religión
Reconceiving philosophy of religion
Autor
Moser, Paul k.
Institución
Resumen
Los filósofos han trabajado durante mucho tiempo con concepciones de Dios, inadecuadas para representar  a un Dios genuinamente digno de adoración. Una deficiencia importante es la omisión de la noción de  severidad divina, apropiada para la idea de un Dios digno de adoración. Como resultado, muchos filósofos  tienen expectativas equivocadas sobre Dios, es decir, expectativas que no concuerdan con lo que serían los  propósitos relevantes para Él, si Dios existiera. Estos últimos propósitos incluyen aquello que Dios busca  lograr cuando revela a los seres humanos (la evidencia de) su realidad y voluntad. Las expectativas  equivocadas de Dios nos pueden llevar a buscar pruebas de su existencia en todos los lugares equivocados.  El antídoto necesario requiere una reconsideración cuidadosa de nuestras expectativas sobre Dios, y nos  capacita para acercarnos a una epistemología de la religión, de una manera que le hace justicia a la idea de  un Dios digno de adoración. El artículo sostiene que la evidencia disponible a los seres humanos de un Dios  digno de adoración, no sería para meros espectadores, sino que buscaría desafiar la voluntad de los seres  humanos para cooperar con la voluntad perfecta de Dios, como sucede en el caso del desafío divino de  Getsemaní. Philosophers have long worked with conceptions of God inadequate to a God genuinely worthy of worship. A  key inadequacy is the omission of a notion of divine severity appropriate to the idea of a God worthy of  worship. As a result, many philosophers have misguided expectations for God, that is, expectations that fail  to match what would be God’s relevant purposes, if God exists. The latter purposes include what God aims to achieve in revealing to humans (the evidence of) God’s reality and will. Misguided expectations for God can  leave one looking for evidence for God in all the wrong places. The needed antidote calls for a careful  reconsideration of our expectations for God, and enables us to approach religious epistemology in a way that does justice to the idea of a God worthy of worship. The article contends that the evidence available to  humans from a God worthy of worship would not be for mere spectators, but instead would seek to  challenge the will of humans to cooperate with God’s perfect will, as in the case of the divine challenge from  Gethsemane.