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?rbol de Tinta No. 197. Especial La universidad y el arte
Registro en:
2619-6034
1900-592X
Autor
S?nchez, Fadhia
Espinosa Osorio, Franciny
S?nchez Su?rez, Benhur
Galindo Palma, Humberto
Fajardo Valbuena, Martha
Bonilla Morales, Mar?a Margareth
Giraldo L?pez, Andr?s Felipe
Lozano Pinz?n, Jorge Enrique
Bajaire Lamus, Alexa
Uribe Sarmiento, John Jairo
Cardona Lema, Daniel Esteban
Institución
Resumen
Muchas voces, discordantes entre s?, se levantan para definir el rol de la universidad en la cultura y, particularmente, en el arte. Desde aquellos que lo consideran esencial hasta quienes indican que no cumple ning?n papel relevante y solo funciona como una forma de adocenamiento da?ino y castrador. Entre los mencionados y extremos enfoques se debaten conceptos que, con respetables argumentos, buscan inclinar la balanza a sus particulares criterios y estructurar los centros de educaci?n superior y sus recursos en apoyo de sus teor?as.
En efecto, hay quienes consideran que la universidad debe ser territorio excepcional de una ?lite intelectual que, por supuesto, establece un insondable oc?ano de exclusi?n para aquellos que no contaron con los elementos esenciales en sus hogares o centros de estudio, para configurar los conocimientos necesarios para hacer parte de los escogidos. En las ant?podas est?n quienes conciben las universidades como lugares donde se borran las inequidades y que funcionan como los grandes ecualizadores de la sociedad; dejando de lado el criterio excluyente y facilitando el acceso a un gran n?mero de ciudadanos que, por el solo hecho de llegar a los claustros, obtendr? una proyecci?n cualitativa de sus conocimientos y destrezas.
La discrepancia pasa entonces a quienes circunscriben la universidad a un ?mbito donde se proveen t?cnicas y se desarrollan destrezas para el desempe?o de labores y oficios, en contra de quienes la consideran como el escenario propicio para que el ciudadano evolucione, se involucre en el conocimiento cient?fico y tenga a su disposici?n los elementos constitutivos de la cultura.
Hasta llegar al tema de las artes, sobre el que una facci?n se muestra radicalmente en contradicci?n de los beneficios que la academia puede brindar y, supone, que lo que hace es coartar la sensibilidad y condicionar al alumno, en contraposici?n con los que la consideran indispensable y lugar en donde el estudiante se ve rodeado de todo un acopio de conocimiento, en donde sus aptitudes y sensaciones reciben los elementos indispensables para potencializarlos, y hacerlos florecer con econom?a de tiempos y esfuerzos.
Si se vuelve la mirada al panorama colombiano se podr? advertir mucho de lo aqu? descrito y, a la vez, reafirmar que la universidad es el sitio donde el ciudadano, ya como estudiante, ya como participante y beneficiario, puede y debe encontrar el acervo de conocimientos y expresiones que le
permitan el perfeccionamiento y el disfrute de las artes y, sin duda, de la cultura en sus m?ltiples y variadas expresiones. Universidad de Ibagu?