Los animales usan las señales acústicas para diferentes funciones como defender territorios, alertar sobre predadores, moverse en el espacio y cazar a sus presas. En este sentido, la bioacústica se encarga de estudiar la emisión y recepción de las señales acústicas y obtener información sobre la presencia de especies animales en un lugar y tiempo determinado. Los monitoreos acústicos son una herramienta útil para estudiar la biodiversidad y las respuestas de las especies ante la degradación de los hábitats y diferentes impactos antrópicos. Las actividades antrópicas pueden generar múltiples impactos sobre la fauna silvestre que van desde cambios en los patrones de actividad, desplazamientos y cambios poblacionales, hasta estrés y mayor gasto energético. Este producto tiene como objetivo presentar una línea base acústica del área denominada Kalé y Platero, en el marco de los Proyectos Pilotos de Investigación Integral - PPII (Decreto 328 de 2021). Para esto se usaron dos metodologías: a) grabaciones direccionales activas de fauna de grupos de especies tanto en espectro audible como en ultrasonido, y b) grabaciones a partir de sensores pasivos. En total se grabaron direccionalmente 29 taxa de insectos, ocho especies de peces dulceacuícolas, 19 especies de anuros, 103 de aves, 4 de mamíferos no voladores y 21 de mamíferos voladores en 91 unidades de muestreo, las cuales se ingresaron a la Colección de Sonidos Ambientales del Instituto Humboldt. Usando sensores acústicos pasivos, se registraron en 100 unidades de muestreo 590.313 registros sonoros, equivalentes a 407 días de grabación continua, cubriendo seis tipos de cobertura (bosque denso, bosque abierto, bosque ripario, palma, herbazales y pastos). Las grabaciones pasivas se realizaron a una tasa de muestreo de 192 kHz, cubriendo así el espectro audible y el ultrasónico. A partir de las grabaciones direccionales se extrajeron rasgos acústicos temporales y espectrales de especies seleccionadas. Las grabaciones pasivas se utilizaron para analizar la composición del paisaje, la estructura de la comunidad acústica y sus patrones temporales y espaciales. Esta información, hace parte de una línea base robusta con la cual se podrán monitorear potenciales impactos de actividades antrópicas que generan altos niveles de ruido en la región, o que degradan o alteran el hábitat de las comunidades acústicas animales.Bogotá D.C.