Colombia
| Trabajo revisado (Peer-reviewed)
Al fin y al cabo, ¿puede ser feliz un traductor? Creencias de aprendices de Traducción: un estudio de caso.
Autor
Sandra María Pérez López; Universidade de Brasília
Institución
Resumen
Desde los años 90 del siglo XX, se ha venido dando en Brasil una implantación creciente de la investigación sobre creencias de aprendizaje, tanto de docentes como de discentes de lenguas extranjeras. Para Álvarez (2007), se entiende por creencia “una firme opinión, convicción y/o idea que tiene el individuo acerca de algo (…) relacionada con intuiciones cuya base reside en las experiencias vividas, el tipo de personalidad y la influencia de terceros, ya que son construidas socialmente”. Sin embargo, menos se ha avanzado con relación a la descripción y al papel de las creencias por lo que atañe al campo de los Estudios de la Traducción. Ahí, el foco de atención de los investigadores se ha centrado, básicamente, en cuestiones como el papel de la gramática en la formación de traductores (RODRIGUES, 2010), el perfil de los alumnos que ingresan en cursos de Traducción (a menudo con la intención de aprender lenguas extranjeras) y sus creencias acerca de las lenguas de trabajo (SIMÃO, 2008), o el concepto de traducción por parte de estudiantes de dichos cursos (OLIVEIRA, 2006; PAGANO, 2003). Se presenta en este estudio un retrato cualitativo de creencias sobre los conceptos de Traducción y de Redacción recogidas en declaraciones de un grupo de traductores en formación del segundo semestre de un curso superior brasileño de Traducción Español/Portugués, que ya han cursado una disciplina teórica inicial sobre esta área de conocimiento. El enfoque metodológico adoptado implicó el seguimiento de cinco grupos de alumnos de la disciplina Redacción para Traducción a lo largo de cinco semestres lectivos sucesivos, entre el 1°/2010 y el 1°/2012. Para ello, se utilizaron tres instrumentos de investigación, dos en forma de cuestionario (acerca de creencias sobre escritura y reescritura, el primero, y sobre traducción directa e inversa, el segundo) y un tercero en el que se solicitaba la producción de un texto para definir y comparar ambas prácticas. Tras proponer una clasificación de los bloques de creencias localizadas, se concluye de la información obtenida que, en las reescrituras en forma de traducción, los estudiantes no se consideran dentro de actividades de orden creativo. Aunque muchos declaren realizar un paso entre culturas, esta traslación se limita a producir un texto con historia a partir de un original que sienten como ajeno y en el que no se encuentran en cuanto sujetos. Así, entra en choque con la visión (in)formada –retratada por pinceladas del discurso de lo legitim(ad)o– ese sentido común, socialmente construido, que se impone con fuerza en los traductores aprendices. En él no parece haber cabida para el placer, olvidado por (o inexistente para) todos los participantes en la investigación, en lo que concierne a la Traducción. Por eso, aunque la angustia sea inherente a las actividades de (re)escritura (UYENO, 2006), con este trabajo se pretende insistir en que el tratamiento de las creencias y de la subjetividad de los profesionales de la Traducción, en formación o en actividad, nunca estará de más en cursos que pretendan formar profesionales más felices. A fin y al cabo, “encarar la traducción de manera más humana, más artística e imaginativa, no simplemente hace que el trabajo parezca más interesante. El poder de la imaginación humana es tal que realmente hace que se vuelva más interesante” (ROBINSON, 2002).