info:eu-repo/semantics/other
Revista Estudios (no. 16 otoño 2005)
Autor
CEA, Centro de Estudios Avanzados. Universidad Nacional de Córdoba
Institución
Resumen
Cuando entre nosotros, en la Argentina, se habla de memoria colectiva, resulta ineludible la evocación del oscuro y tormentoso período vivido hace tres décadas, caracterizado por un clima de violencia intolerante e intolerable que tuvo culminación en la dictadura impuesta durante siete años. No es casual, por lo tanto, la proporción de ensayos aquí publicados que se vinculan al tema. Nada es simple en la recordación de ese pasado durante el cual el crimen se adueñó de las calles. Las cicatrices que los recuerdan tardan en borrarse como lo muestran algunos de los artículos que se ofrecen. Es posible preguntarse, en búsqueda de enseñanzas para el vivir, si no sería deseable incorporar esas cicatrices múltiples -siempre simbólicas aunque la muerte y la ausencia sean rigurosamente sensibles- al cuerpo entero de la Nación. Vivir con esas cicatrices como parte de una memoria que aliente la posibilidad de ser mejores y no sólo mostrarlas como alegato circunstancialmente político o encubridor de verdades que nos tocan a todos. La memoria colectiva resulta impiadosa. Muestra al desnudo el presente de las sociedades que eligen recordar determinados experiencias y no otras. No hay otra posibilidad pues el olvido es implacable; la memoria, al seleccionar qué recordar, señala que la posibilidad de perder para siempre determinadas cosas resulta insoportable. La voluntad de memoria es la expresión de un estado colectivo de pensar que decide sobre el tipo de raíces en los que el presente se sostiene. Nada más próximo a la ética. Nada más urgente que instalarla en un lugar de privilegio. (Héctor Schmucler)