Históricamente la psiquiatría ha trabajado con la locura incansablemente. A pesar de que sus métodos de intervención cambiasen, estos continúan siendo aplicados para cercenar la subjetividad de los pacientes. La propuesta del marco conceptual psicoanalítico consiste en rescatar cada detalle de la subjetividad, incluso en los casos de sujetos psicóticos. La forclusión del nombre del padre como mecanismo causante de las psicosis implica reconocer no solo una dificultad para estos sujetos a nivel de imagen y el lenguaje, sino la posibilidad de construcción de un recurso que supla la carencia de uno de los tres registros. Así, la suplencia opera dando sentido a la existencia del sujeto psicótico y, si es eficaz, manteniéndolo lejos de un desencadenamiento.