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The female sex work market in San Jose, Costa Rica.
El mercado del trabajo sexual femenino en la ciudad de San José, Costa Rica
Registro en:
10.22458/urj.v1i1.231
Autor
Rojas Campos, Rosberly
Mónge-Nájera, Julián
Ramírez Sánchez, Iris Amalia
Morales Bonilla, Roxana
Institución
Resumen
The female sex work market in San Jose, Costa Rica. Sex work is a commercial transaction and is part of the economy, but social practices hide it and it is seldom mentioned in economic reports. In 2008 we interviewed 78 female sex workers in San José, capitol city of Costa Rica. They belonged in three groups: women working in the area surrounding the markets, fare US$3 to US$8 per hour and aged 26 to 81 years, workers at two massage parlors in San Juan de Tibás (US$18 to US$72 per hour, ages 18 to 33 years) and “call-girls” (US$100 an hour; 19 to 38 years). The interviews were based on a questionnaire; respondents were paid their time, and data were analyzed with the SPSS statistical program. Depending on the group, between half and a majority consider sex work an acceptable way for women to obtain resources for their families, and for men, a sexual relief that reduces sexual violence. Women have no boss and decide independently on time and place of work. They reject customers if there is no agreement on which specific services they will provide. Few have experienced violence or sexually transmitted diseases as a result of their sex work. Most have no husband or permanent companion. The preferred client is kind, mature and deals always with the same woman. Undesirable customers are aggressive, mean, dirty and drugged. Customers are mostly married and aged 35-45 years. The requested services are diverse, but are dominated by oral sex and the “missionary” position. The rate is defined by group membership (market area, parlor or “call girl”) and not by age. Earnings vary widely but generally are much higher than those for jobs appropriate to their low educational level. There is little culture of saving, and women have full decision on how they spend their earnings, which they mainly use to raise their children and support other relatives. Because few women do sex work, this activity represents a small proportion of economy in the city of San Jose. Aunque el trabajo sexual corresponde a una transacción comercial y es parte de la economía, socialmente se oculta y su flujo de capital no se menciona en los informes económicos. En 2008 entrevistamos a 78 mujeres que lo realizan en la ciudad de San José, capital de Costa Rica. Hubo tres grupos: mujeres que trabajan en la zona aledaña al Mercado Borbón y Mercado Central, con tarifa entre US$3 y US$8 por hora y edades de 26 a 81 años; trabajadoras de dos salas de masajes de San Juan de Tibás (US$18 a US$72 por hora y 18 a 33 años) y trabajadoras independientes (US$100 la hora; 19 a 38 años). Las entrevistas se hicieron con base en un cuestionario, se pagó a las entrevistadas su tiempo y los datos se analizaron con el programa estadístico SPSS. Según el grupo, entre la mitad y una mayoría opinó que el trabajo sexual es, para las mujeres, una forma lícita de mantener a sus familias y para los hombres, un escape que reduce la violencia sexual. Las mujeres no tienen jefe y deciden independientemente sobre horario y lugar de trabajo, y sobre cuáles prácticas realizan, rechazando clientes si no hay acuerdo. Pocas han sufrido violencia o enfermedades de transmisión sexual como resultado de su trabajo sexual. La mayoría no tienen compañero fijo o esposo. El cliente preferido es amable, de edad madura y se atiende siempre con la misma mujer. El cliente indeseable es agresivo, tacaño, sucio y/o drogado. Los clientes son principalmente casados y con 35-45 años de edad. Los servi- cios solicitados son diversos, pero predominan el sexo oral y el coito con la mujer boca arriba. La tarifa es definida por el grupo de pertenencia (mercado, sala o independiente) y no por la edad. Aunque las ganancias varían ampliamente, superan en mucho lo que estas mujeres ganarían en empleos adecuados a su baja escolaridad. Hay poca cultura de ahorro, pero las trabajadoras tienen total decisión sobre en qué gastan sus ganancias, haciéndolo fundamentalmente en el mantenimiento de sus hijos y otros familiares. Debido a las pocas mujeres que realizan tra- bajo sexual allí, este trabajo representa un porcentaje bajo dentro de la economía de la ciudad de San José.