Las áreas verdes urbanas representan una amenidad que impacta en el precio de las viviendas cercanas por los importantes servicios que prestan –principalmente sociales y ecosistémicos–. A pesar de esto, debido al crecimiento que ha tenido la Ciudad de México, los espacios abiertos urbanos se han visto reducidos para convertirse en infraestructura de comercio, servicios y vivienda. Por lo tanto, es necesario conservar las existentes y lograr que tengan las características que maximicen el bienestar de los habitantes –la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial clasifica las áreas verdes en arboladas; deportivas y; con pastos y arbustos–. En este trabajo, mediante un modelo de Precios Hedónicos de vivienda se encontró que a los ciudadanos les agrada vivir cerca de áreas arboladas grandes; pero no encuentran atractiva la cercanía a un área deportiva. El primero de estos resultados es intuitivo, mientras que el segundo podría deberse a las condiciones en que se encuentran las instalaciones de dichas áreas (ya que la valoración negativa se asocia, en otros estudios, con la presencia de narcomenudistas y adictos). Estos resultados pueden dar una pista a los hacedores de política pública sobre algunas acciones que podrían tomarse para maximizar el bienestar de los ciudadanos.