Documento de trabajo
Combatting drugs in Mexico under Calderón: the inevitable war
Registro en:
103252.pdf
Autor
Chabat, Jorge
Resumen
Since the beginning of his administration, President Felipe Calderon
launched a war against drug trafficking using the Army and the Federal
Police. This strategy has had serious unintended consequences in terms of
the level of violence. By August 2010, the government acknowledged that
there were 28,000 drug-related deaths since December 2006. This violence
has provoked hard criticisms of the Calderon Administration and some
analysts have suggested that the decision to attack the drug cartels was
motivated by political reasons in order to obtain legitimacy after a very
close and polemic Presidential election in 2006. However, since the end of
the Fox Administration there are parts of the Mexican territory controlled by
drug traffickers, which no State can allow. The paper argues that even if the
anti-drug strategy of Calderon has been very costly in terms of violence,
there was no other alternative, as the other options were not viable at the
beginning of the Calderon administration. From this point of view it is an
inevitable war. The weak results achieved to date are due to the fact that
the Mexican government does not possess the institutional and human
resources to carry out this war. This explains the emphasis of the Mexican
government on institutional building. However, this is a long-term solution.
In the short term, everything suggests that the high levels of drug-related
violence are going to continue. Desde el inicio de su gobierno, el presidente Felipe Calderón lanzó una
guerra contra el narcotráfico usando al Ejército y a la Policía Federal. Esta
estrategia ha tenido consecuencias no deseadas graves en términos de los
niveles de violencia. En agosto de 2010, el gobierno reconoció que había
28,000 muertes relacionadas con las drogas, desde diciembre de 2006. Esta
violencia ha provocado fuertes críticas al gobierno de Calderón y algunos
analistas han sugerido que la decisión de atacar a los cárteles de la droga
estuvo motivada por razones políticas, a fin de obtener legitimidad después
de una cerrada y polémica elección presidencial en 2006. Sin embargo,
desde el fin del gobierno de Fox, había partes del territorio mexicano
controladas por narcotraficantes, algo que ningún Estado puede permitir. El
documento argumenta que aun cuando la estrategia anti-drogas de
Calderón ha sido muy costosa en términos de la violencia, no tenía
alternativa. Las otras opciones no eran viables al inicio del gobierno de
Calderón. Desde este punto de vista, era una guerra inevitable. Los pobres
resultados alcanzados a la fecha se deben al hecho de que el gobierno
mexicano no posee los recursos humanos para llevar a cabo esta guerra.
Eso es lo que explica el énfasis del gobierno mexicano en la construcción de
instituciones. No obstante, ésta es una solución de largo plazo. En el corto
plazo, todo sugiere que los altos niveles de narco-violencia van a continuar.