dc.description.abstract | Cuando se menciona a José Lezama Lima por lo general se le acompaña con el calificativo
de hermético. Tal adjetivo se emplea siempre en el sentido de “difícil”, “complejo”,
“críptico”, y cuando se empieza a leer al poeta cubano, ya se lleva esa advertencia. Una vez
que se tiene un primer acercamiento, en efecto se constata que los suyos son textos densos y
complicados en muchos sentidos. Terminada una primera lectura de Paradiso, queda la
sensación de haber entendido poco, pero también una extraña fascinación, la de haber
experimentado algo que se asimila más allá de la razón y que ha tocado las más profundas
fibras de nuestra psique. El propio autor de Oppiano Licario decía a Jorge Mañach en
respuesta a sus “No entiendo”: “En realidad, entender o no entender carecen de vivencia en
la valoración de la expresión artística” (“Respuesta y nuevas interrogaciones…”, 77).
La conocida frase de Lezama Lima, “Sólo lo difícil es estimulante”, actúa como
aliciente para un lector novel que tenga la intención de continuar explorando su obra.
Eventualmente se encontrará con ella en La expresión americana. Luego otros libros de
ensayos como La cantidad hechizada o Analecta del reloj pueden funcionar como clave para
descifrar el código lezamiano y comprender un poco mejor la mencionada Paradiso, su obra
más conocida, y Oppiano Licario, su continuación. La mayor dificultad vendrá con la lectura
de su poesía. Poemas como “Las siete alegorías”, “Dador”, o el mismo “Muerte de Narciso”
—el primero que se publicó— otorgan una experiencia semejante a la de las novelas: pese a
su dificultad, son una experiencia verbal inédita y quizá única para un lector curioso.
Con la lectura de su narrativa, su poesía y sus ensayos, el lector tiene la sensación de
estar frente a un sofisticado sistema, un enorme entramado que, no obstante su complejidad
o barroquismo, posee también una sólida cohesión. Personajes, imágenes, metáforas,
diálogos, situaciones, todo forma parte de un único sistema de pensamiento: el sistema
poético de José Lezama Lima. Los personajes y los escenarios suelen ser representaciones
de los conceptos que constituyen el sistema del autor y los diálogos que sostienen son un
receptáculo para las ideas del autor vertidas en sus ensayos | |