dc.contributorAlgara Suárez, Paola
dc.contributorIbáñez Sandoval, Osvaldo
dc.contributorEspinosa Tanguma, Ricardo
dc.contributorSaderi, Nadia
dc.contributorMartel Gallegos, María Guadalupe
dc.contributorPAOLA ALGARA SUAREZ;102096
dc.contributorOSVALDO IBAÑEZ SANDOVAL;218776
dc.contributorRICARDO ESPINOSA TANGUMA;120523
dc.contributorMaría Guadalupe Martel Gallegos;160023
dc.creatorULISES QUIROZ ALAMILLA;CA1360707
dc.creatorQuiroz Alamilla, Ulises
dc.date2023-02-17T23:14:47Z
dc.date2023-02-17T23:14:47Z
dc.date2023-02
dc.date.accessioned2023-07-17T20:28:54Z
dc.date.available2023-07-17T20:28:54Z
dc.identifierhttps://repositorioinstitucional.uaslp.mx/xmlui/handle/i/8124
dc.identifier.urihttps://repositorioslatinoamericanos.uchile.cl/handle/2250/7515760
dc.descriptionTrastorno del Espectro Autista (TEA) es un término usado para describir una constelación de signos y síntomas, relacionados todos con un neurodesarrollo anormal. Tiene una presentación heterogénea, sin embargo, se pueden considerar ciertas características como esenciales para su diagnóstico: los pacientes presentan una discapacidad permanente en la comunicación e interacción social, además de patrones restringidos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Estas particularidades se presentan desde la niñez temprana y limitan el funcionamiento diario del paciente1 . Los intentos de reconocer al TEA como una entidad clínica única vienen desde el siglo XV2 , aunque no se le denominó ’autismo’ sino hasta la década de los 40s3 . Actualmente, se reconoce que el TEA es un padecimiento que posee un espectro amplio de presentaciones clínicas, con manifestaciones que van desde alteraciones muy leves del comportamiento y la comunicación, hasta deficiencias sensoriales e intelectuales severas que requieren de intervenciones permanentes por parte de los cuidadores4 . Esta heterogeneidad ha complicado el estudio de esta enfermedad, así como su diagnóstico. Sin embargo, en tiempos recientes se ha reconocido el papel que varios factores de riesgo juegan como contribuyentes a la aparición del trastorno. Una característica recientemente reconocida del TEA es que su diagnóstico, aunque preferentemente hecho durante los primeros años de vida, puede ser realizado incluso en la edad adulta temprana, puesto que se conoce ahora que algunas características del mismo pueden no volverse notorias hasta que las exigencias sociales en la vida del paciente exceden sus capacidades5 . Epidemiología. La prevalencia del TEA se calcula a nivel global en 1 de cada 132 personas (7.6 por cada 1000)6 ; en países desarrollados es alrededor de 60 por cada 10,0007 . Los niños se ven más afectados que las niñas por este trastorno, en una razón media de 4.3:17 , aunque se ha encontrado que la variabilidad de esta cifra es alta, llegando otros investigadores a calcular una relación de 3:18 . Datos del 20189 señalan que en México existen alrededor de 5.5 millones de personas con trastornos del desarrollo intelectual, entre los cuales se encuentra el TEA. En un estudio de 2016, en la ciudad de León, Guanajuato, se estimó la prevalencia entre niños de ocho años en 0.87 % [95 % CI (0.62-1.1)]10
dc.descriptionFondo de Apoyo a la Investigación al proyecto UASLP "Alteraciones Colinérgicas del Músculo Liso Gastrointestinal en un Modelo de Autismo” C17-FAI-06-36.36
dc.descriptionInvestigadores
dc.descriptionEstudiantes
dc.formatapplication/pdf
dc.languageEspañol
dc.publisherFacultad de Medicina
dc.relationREPOSITORIO NACIONAL CONACYT
dc.rightsAcceso Abierto
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0
dc.subjectTrastorno del Espectro Autista (bvs)
dc.subjectSistema nervioso entérico (bvs)
dc.subjectMEDICINA Y CIENCIAS DE LA SALUD
dc.titleAlteraciones colinérgicas en el sistema nervioso entérico en un modelo de autismo
dc.typeTesis de maestría
dc.coverageMéxico. San Luis Potosí. San Luis Potosí.


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