dc.description | Conmemoraciones, aniversarios y demás no son meras remembranzas de acontecimientos pasados, identificados como destacados y definitorios de las sociedades en que se originaron. Como destaca Le Goff, “La memoria colectiva…no es sólo una conquista: es un instrumento y una mira de poder.” (Le Goff, 1991, p. 181). Así, la memoria es redificada en el marco de desafíos y preguntas cuyas respuestas plantean la necesidad de reflexionar con sentido crítico sobre el pasado, sobre la historia de las sociedades desde su presente. Las interpretaciones y reinterpretaciones de este pasado son distintas, no sólo porque sus bases descansan en una escuela o corriente historiográfica determinada y por criterios o fuentes específicas; también lo son porque tienen usos diferentes y responden a preguntas y demandas de las sociedades contemporáneas.
Así, tenemos memorias distintas que sólo comparten, de origen, el mismo problema, de ahí que el interés en la coordinación de este Dossier tuvo por objeto el presentar resultados de investigaciones inéditas motivadas por la reflexión acerca de la importancia de los movimientos estudiantiles hoy y la necesidad de su estudio desde una perspectiva histórica-social. También, el cómo esta nueva producción historiográfica ha posibilitado la apertura de nuevas líneas de investigación, a la renovación de los imaginarios acerca de los movimientos estudiantiles o a la reinterpretación de los acontecimientos ocurridos.
Como resultado de la convocatoria de Escripta, este Dossier dedicado a los Movimientos Estudiantiles en América Latina con motivo de los cincuenta años de lo que hoy se reconoce como los 68, presenta ocho investigaciones que, desde distintas aristas, realizan valiosas aportaciones sobre la significación histórica y cultural de los movimientos estudiantiles en diferentes espacios y contextos, para mostrar así una parte de la gran diversidad historiográfica en torno al tema considerando las dimensiones de su complejidad. Las coincidencias y divergencias en torno al origen, trayectoria y consecuencias de estos movimientos no sólo robustecen las memorias, también abonan a la desmitificación a la que son proclives las historias oficiales. De ahí que la valía de volver al pasado con mirada crítica genera nuevos conocimientos y con ello reinterpretaciones del pasado. Al respecto, Monsiváis apunta:
Entre los mayores descubrimientos que se han venido produciendo a partir del 26 de julio de 1968, al lado de la seguridad drástica del enmohecimiento y anacronismo de la mayoría de los instrumentos políticos en uso, al lado de la preeminencia de la actitud moral sobre la victoria politiquera, debe contarse esta ruina progresiva de la Historia oficial, que, al rechazar a los heterodoxos, rechazó de paso toda idea de vida y de acción dialéctica, para quedarse tan sólo con la felicidad de lo inmutable (Monsiváis, Noviembre, 1968).
En este sentido, si los 68’s fueron el parteaguas de los procesos de liberalización política, también su análisis ha exigido a la disciplina histórica el responder, desde el tiempo presente, qué significó y qué entienden las nuevas generaciones acerca de los 68’s.
Esperamos que los trabajos presentados, resultado del trabajo de colaboración en su coordinación, sean de interés y valía para los lectores de Escripta, que como medio de divulgación del conocimiento histórico busca aportar al debate y reflexión de la disciplina histórica. | es-ES |