dc.description.abstract | El desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las últimas tres décadas ha producido grandes cambios en el entorno social, económico y político alrededor del mundo. El volumen y la fluidez de la información se han incrementado por medio de Internet, lo que ha permitido que las personas estén conectadas en tiempo real, puedan comunicarse, mantenerse informadas, trabajar, estudiar, e incluso, comprar o vender en la red.
En los sistemas políticos democráticos la relación que se establece entre las TIC y el ámbito espacial de la actividad política se ha denominado democracia electrónica o democracia digital (Hague & Loader, 1999; Prats & Del Álamo, 2016; Carou, 2002; Romero & Téllez, 2010). La aplicación de estas tecnologías posibilita que hoy día las expresiones de los ciudadanos puedan ser manifestadas por una amplia gama de redes digitales, así como la posibilidad de participar en el proceso de toma de decisiones. La democracia digital brinda diversas oportunidades a los ciudadanos, ya sea mayor acceso a información, de ser consultados, una retroalimentación entre gobernantes y gobernados, y una mayor rendición de cuentas (Hague & Loader, 1999).
Asimismo, la democracia electrónica se refiere a la aplicación de las innovadoras tecnologías para la captura de la voluntad popular por medio de cualquier dispositivo electrónico (urnas electrónicas, portales de Internet, dispositivos móviles, etcétera) que permite la recepción del sufragio en elecciones y en ejercicios de democracia directa (Romero & Téllez, 2010). A esto se le llama voto electrónico (Rial, 2001; Tula, 2015).
En México, desde finales de la década de 19801, los procesos electorales se han desarrollado en condiciones de alta competencia electoral y con márgenes estrechos de votación. Al mismo tiempo, la desconfianza ciudadana hacia los procesos electorales ha sido un fenómeno que ha estado presente a causa de los fraudes, sean estos reales o no.
La elección presidencial del 6 de julio de 1988 es el referente más importante en la historia de las elecciones en México, por ser la más cuestionada como fraudulenta. A este episodio de la historia de este país se le conoce como “La caída del sistema”. Casi a las nueve de la noche del día de la elección, el secretario de gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral (CFE) informó que el sistema se había caído, esto en referencia a que no sería posible informar al ganador de la elección. Sin embargo, el presidente del PRI cerca de la media noche proclamó ganador al candidato de su partido. Los candidatos opositores no aceptaron el resultado, hicieron un llamado a la legalidad y denunciaron las violaciones e irregularidades de los comicios. | |