Thesis
El último sangrado : los femicidios como disciplinamiento de los cuerpos
Fecha
2020Autor
Chiappuzzi, Gabriela
Institución
Resumen
La violencia consiste en anular al otro, en callarlo, en borrarlo como sujeto. La violencia hacia y sobre los cuerpos de las mujeres
tiene y ha tenido múltiples y vastas expresiones a lo largo de la historia. Y se ha ejercido hacia aquellas que quisieron imponer sus voces o ejercer algún tipo de derecho. Una forma de violencia extrema es el femicidio.
La violencia ataca directamente el cuerpo y la subjetividad de las mujeres siendo un evento extremadamente traumático para
poder simbolizar y acerca del cual si no mata directamente, deja secuelas imborrables en el cuerpo y la mente.
Ahora bien, qué conlleva el femicidio, en este acto de matar “lo femenino” es condición intrínseca del crimen, cuáles son las
representaciones que lo circundan.
Cuál es el mensaje que conlleva este acto y cuál es su efecto disciplinador sobre los cuerpos de otras mujeres. Plantear el
estudio, desde el género como categoría analítica deviene indispensable, más cuando partimos del supuesto de que este acto,
más allá de la variable individual incluye, un elemento de regulación social.
Han existido a lo largo de la historia otras formas de disciplinamiento de los cuerpos de las mujeres por medios violentos.
Un cuerpo se presenta para los términos de este trabajo, no como un hecho del orden de lo biológico, sino como un
constructo social.
La subjetividad y las representaciones del cuerpo femenino se encuentran modeladas por y construidas a partir del poder de las
instituciones de lo simbólico, que a partir de mitos sociales y creencias impregnan las representaciones inconscientes respecto
del cuerpo. En ese sentido, están atravesadas por el género en tanto éste está inmerso en las representaciones sociales, las
prácticas culturales y las instituciones además de ser un elemento presente en las subjetividades individuales La diferencia sexual anatómica marca un destino diferencial determinado por la significación que el patriarcado impone a esas diferencias. (Scott Joan, 1990 El género una categoría útil para el análisis histórico) ¿Que mensaje trae en sí este acto violento que tiene aristas específicas?
Scott habla de los elementos que componen el concepto de género como regulador y alude a prácticas culturales y a los
símbolos, ¿el femicidio se instala así como práctica violenta, reguladora? ¿envía un mensaje disciplinador hacia las otras
mujeres?.
El discurso patriarcal construye subjetividades femeninas y masculinas, asigna lugares y posiciones dentro del universo social.
Pero basta con sólo dirigir la mirada a este orden patriarcal, o habrá que leer el crimen a la luz de los elementos intrínsecos que
constituyen el género, el cual según la historiadora Joan Scott, (Scott 1990) es un concepto dinámico revisable en los nuevos
escenarios. En este contexto histórico y social determinado, las mujeres han sido y son objetos de intercambio (Rubin 1986) y se
convierten en cuerpos disciplinados, el cuerpo golpeado, asesinado que aparece en la crónica policial como despojo dentro de la bolsa de basura, envía un mensaje a las otras mujeres, a los otros hombres y a la sociedad en general, que observa. Estos cuerpos asesinados, interpelan. De esta forma, ante el suceso muerte, la comunidad busca respuestas a lo ocurrido, creando debates acerca de cuánto de eso es tolerable, y en todo caso organizando respuestas, algunas de ellas, desde el discurso misógino. De esta manera, la sociedad no deja de ser peligrosa para las mujeres, a pesar de las legislaciones y los derechos. (Giberti, 2017)
Ahora bien, ¿el femicidio aparece como un acto repudiable, disruptivo que irrumpe como contrario a la ley, o por el contrario se
trata de una respuesta posible sostenida desde un poder disciplinario que se cuela en un orden social y normativo?