Escribir juntos. El castillo de la energía y la producción compartida en Ferrowhite
Autor
Bernardi, Analía
Institución
Resumen
Ferrowhite se define como un museo taller. Un museo que ocupa lo que fuera el taller de mantenimiento de la usina eléctrica Gral. San Martín, en Ingeniero White. Un museo que aborda la historia y el presente del trabajo en el ferrocarril, el puerto y el mundo de la energía. Pero también, un museo que se propone a sí mismo, además de como un espacio de exhibición, como un espacio de producción. Y un espacio donde justamente, por consecuencia del trabajo material y simbólico de muchas personas, pasan cosas. Acontecen.
Al mismo tiempo, y por todo esto, Ferrowhite podría considerarse como un espacio de investigación alternativo. En lo cotidiano, la investigación histórica se combina con un sinfín de tareas, algunas aparentemente más afines, como la atención de visitas escolares o la intervención en el espacio de muestra, y otras quizás no tanto, como la fabricación de objetos utilitarios o la realización de obras de teatro documental.
A principios de este año publicamos “El castillo de la energía”, un libro sobre la historia de la usina eléctrica que durante más de cincuenta años proveyera de electricidad al puerto de Ingeniero White, Bahía Blanca e, incluso, parte de la región. Un libro sobre la historia de este Monumento Histórico (de cuyas ruinas somos, de algún modo, guardianes), contada desde la experiencia de vida y de trabajo de uno de sus operarios, Nicolás Ángel Caputo, quien trabajó durante más de treinta años en el castillo, siendo parte de las secciones de calderas y máquinas como también del equipo de buceo que se encargaba de la limpieza de los canales de agua salada.
Entre muchas posibles, quizás la particularidad más significativa de esta publicación es que es el producto de un trabajo conjunto entre el equipo del museo, que de usinas sabe poco y nada, y ‘Angelito’, que jamás había escrito algo así como un libro. Un proceso de trabajo de prácticamente dos años de duración, que afectó no solo el contenido de esta historia, tampoco meramente la forma de contarla, sino también, y en paralelo, a un ámbito bastante menos preciso que podríamos definir como el afuera del libro, en el sentido de lo que no es el libro pero lo rodea: para empezar, la dinámica del propio museo.
Esta ponencia, entonces, tiene por intención compartir la experiencia que supuso la realización de ese libro, así como también reflexionar, a partir de ese ejemplo, sobre algunas particularidades del hacer que llevamos adelante en el museo.
Para ello, preguntarnos en qué sentido esta es una escritura conjunta (y si esta tarea puede considerarse como una práctica más dentro de la dinámica de taller que el museo se propone promover), cuáles son las derivas del trabajo desde la historia oral y, sobre todo, qué tipo de vínculos se establecen entre (el equipo de) el museo y los “amigos del taller” (aquellas personas que, como Angelito, se integran de un modo especial en la cotidianidad de este espacio), podría ser un buen comienzo.