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Mapa Geológico de la Provincia de Córdoba. Escala 1:750.000
Fecha
2020Registro en:
Martino, R.D., Guereschi, A.B., Carignano, C.A., Sfragulla, J.A., Bonalumi, A.A., 2020. Mapa Geológico de la Provincia de Córdoba. Instituto de Geología y Recursos Minerales, Servicio Geológico Minero Argentino. Serie Publicación Nº 172, 82 pp. Buenos Aires.
0328-2317
Autor
Martino, Roberto D.
Guereschi, Alina B.
Carignano, Claudio A.
Sfragulla, Jorge A.
Bonalumi, Aldo Antonio
Institución
Resumen
Córdoba, una de las veintitrés provincias de la República Argentina, está situada en la región central y limita al norte con Catamarca y Santiago del Estero, al este con Santa Fe, al sureste con Buenos Aires, al sur con La Pampa y al oeste con San Luis y La Rioja. Su capital es la ciudad homónima. Con una superficie de 165.321 km², es la quinta provincia más extensa del país (5,94% del total). Su población es de 3.308.876 habitantes (Censo Nacional 2010), la segunda provincia más poblada. Posee un clima continental templado, con temperaturas que varían entre 40º C en verano y 0º C en invierno.
En el sector occidental de la provincia resaltan cordones montañosos que forman las Sierras Pampeanas de Córdoba y planicies y valles intermontanos, como el Bolsón de las Salinas Grandes y de Ambargasta. En los sectores oriental y sur de la provincia se encuentran las grandes planicies que forman parte de la Llanura Chacopampeana. El sector serrano abarca aproximadamente un tercio de la superficie provincial y sus cordones principales son (de este a oeste): Sierra Chica (altura máxima 1.950 m s.n.m., cerro Uritorco); Sierra Grande-Sierra de Comechingones (2.884 m s.n.m., cerro Champaquí); y Sierras de Pocho-Guasapampa (1.568 m s.n.m., cerro Yerba Buena). Las Sierras Pampeanas de Córdoba son el grupo más oriental de la provincia geológica de Sierras Pampeanas Orientales. Están integradas por un tramo central (Sierras de Córdoba) y uno norte (Sierra Norte), separados por el valle de Deán Funes.
Las Sierras de Córdoba están constituidas por una serie de cordones montañosos formados por rocas metamórficas polideformadas, con intercalaciones de rocas máficas–ultramáficas parcialmente serpentinizadas (Neoproterozoico-Cámbrico). Estas rocas están imbricadas por fajas de deformación dúctil contraccionales, de probables edades cámbricas, ordovícico-silúricas y devónico-carboníferas. El conjunto está intruido por granitoides cámbricos, ordovícicos y devónico-carboníferos. Entre estos últimos, se destacan por su extensión los batolitos de Achala y de Cerro Áspero-Alpa Corral. Las rocas metamórficas están representadas por migmatitas (metatexitas y diatexitas), con menor proporción de gneises, anfibolitas, mármoles, esquistos y filitas. Localmente, los granitoides produjeron rocas metamórficas de contacto (corneanas). Los cordones montañosos están orientados norte-sur, limitados por fallas inversas vergentes al oeste y separados por sedimentos intermontanos cenozoicos (paleógeno-neógenos y cuaternarios). Existe además una escasa cubierta sedimentaria discontinua, de edades paleozoica superior (sedimentitas continentales carbonífero-pérmicas), mesozoica (sedimentitas continentales y volcanitas cretácicas) y cenozoica (paleógeno-neógena y cuaternaria). En el sector noroeste de las sierras, volcanitas traquiandesíticas y depósitos piroclásticos neógenos se sobreponen al paisaje de bloques basculados al este. Estos cordones emergen de la Llanura Chacopampeana de edad cuaternaria (sedimentos continentales y suelos, Pleistoceno-Holoceno).
La Sierra Norte y su continuación hacia el noreste en las sierras de Ambargasta y Sumampa (provincia de Santiago del Estero) están constituidas por un gran bloque mesetiforme, en el que se destacan cordones montañosos suaves con rumbo NNE. Están formados mayoritariamente por intrusiones de granitoides calcoalcalinos (batolito de Sierra Norte-Ambargasta) del Neoproterozoico-Cámbrico. Éstos alojan grandes colgajos de un complejo metamórfico neoproterozoico integrado por metamorfitas paraderivadas de bajo grado (pizarras, filitas y esquistos), mediano grado (anfibolitas, mármoles y gneises) y alto grado (migmatitas y gneises calcosilicáticos). Sedimentitas relictuales de cuencas fanerozoicas se disponen a modo de colgajos o en depresiones invertidas tectónicamente. Colectivamente todas estas rocas han sido cartografiadas como sedimentitas y metasedimentitas neoproterozoico-cámbricas. Localmente, estas rocas han sido metamorfizadas por contacto (corneanas). También se reconocen rocas subvolcánicas de la misma edad que los granitoides. En la parte central de la Sierra Norte, una enorme faja de deformación dúctil de naturaleza transcurrente dextral, de probable edad cámbrica temprana, separaría dos ambientes tectomagmáticos contrastados. Además, se encuentran escasos afloramientos de sedimentitas continentales carbonífero-pérmicas, diques basálticos pérmico-triásicos y sedimentitas continentales cretácicas.
En las Sierras Pampeanas de Córdoba, estructuras de deformación dúctil y frágil, de distintas edades, se superponen en un patrón complejo. Dada la escala del mapa, no se han representado las estructuras internas del basamento metamórfico neoproterozoico-cámbrico (foliaciones y pliegues) y solamente han sido cartografiados las fajas de deformación dúctil paleozoicas y las principales fallas y lineamientos de la deformación frágil cenozoica.
En la estructura interna de los bloques de basamento metamórfico neoproterozoico-cámbrico se ha adoptado el concepto orogénico de una tectónica en pisos (niveles estructurales): superestructura e infraestructura. Las rocas que afloran pertenecen mayoritariamente a la infraestructura, con restos dispersos de la superestructura. Las unidades de la superestructura comprenden rocas metasedimentarias de grado bajo como filitas, esquistos micáceos y esquistos bandeados, en las que se reconocen estructuras como clivaje, esquistosidad, plegamiento similar y kink-bands. La superestructura presenta contactos transicionales, intrusivos y tectónicos con la infraestructura. La infraestructura comprende rocas metamórficas de grado medio a alto, principalmente migmatitas (metatexitas y diatexitas), gneises, anfibolitas, mármoles y rocas calcosilicáticas. La principal estructura reconocida en la infraestructura es una foliación metamórfica estratiforme, muy penetrativa y de distribución regional. Esta foliación tiene una tendencia estructural con rumbo dominante N 330º y buzamiento al este con ángulos medios a bajos. Esta foliación fue retrabajada formando pliegues en vaina, pliegues isoclinales oblicuos y pliegues reclinados, por deformación no coaxial en los niveles medios a bajos de la corteza neoproterozoica-paleozoica inferior. Esto dio como resultado una fábrica penetrativa S (planar) + B (plegada), reconocible a todas las escalas de observación en las Sierras Pampeanas de Córdoba.
El complejo metamórfico fue afectado por fajas de deformación dúctil localizadas, de naturaleza contraccional y con cinemática inversa. Estas fajas habrían producido el desenraizamiento del orógeno Pampeano y una inversión metamórfica generalizada: las rocas de más alto grado quedaron por encima de las de bajo grado en términos relativos. Con esta deformación contraccional, habría comenzado el enfriamiento de este sector de la corteza en las Sierras de Córdoba, generando retrogradación en las metamorfitas. Las fajas de deformación produjeron rocas de la serie de las milonitas, en distintas etapas (cámbricas, ordovícicas-silúricas y devónicas). Han sido identificadas veintiún fajas de deformación dúctil en las Sierras de Córdoba, entre las que se destacan las de Los Túneles y Guacha Corral por su rol en la exhumación tectónica. Otras fajas son las de Guamanes, La Higuera-Dos Pozos, Ambul-Mussi, Pachango, Altautina, La Laja, Soconcho, Carapé, San Marcos e Ischilín. En la Sierra Norte, la faja de deformación Sauce Punco afectó a los granitoides neoproterozoicos del batolito de Sierra Norte-Ambargasta, separando dos ambientes tectomagmáticos contrastados.
Las principales fallas morfogenéticas que levantaron los bloques de basamento que conforman las Sierras de Córdoba, de oeste a este y de norte a sur, desde la más antigua a la más moderna, son las siguientes: falla de la Sierra de Pocho, falla de Ciénaga del Coro-La Sierrita, falla de Cumbre de Gaspar-falla de Nono, falla de la Sierra Grande-Sierra de Comechingones, falla de la Sierra de San Marcos-Cunuputo-Perchel, falla de la Sierra Chica y falla de la Elevación Pampeana. Además de las fallas mencionadas, se reconocen fallas inversas menores en las terminaciones de las sierras y antiguos lineamientos casi verticales, de rumbo NNO y NNE, oblicuos al rumbo general de las sierras. Entre éstos, se destacan los lineamientos Ojo de Agua, Candelaria, Corral del Carnero, Rincón Grande, Guasta y Retamito, que afectaron al sector noroeste de las sierras y al batolito de Achala; y lineamientos asociados a fajas de deformación dúctil como La Higuera-Dos Pozos, Pachango, Carapé y Soconcho, entre otros. El lineamiento Deán Funes separa la Sierra Chica de la Sierra Norte y tiene rumbo NNO, coincidente con una de las tendencias estructurales más acentuadas de la tectónica cretácica en territorio argentino, y se extendería hasta el margen atlántico, en la actual cuenca del Salado.
La provincia de Córdoba comprende dos regiones geomorfológicas de primer orden: la zona de montañas y las grandes llanuras. La primera abarca la zona oriental de la provincia geomorfológica de Sierras Pampeanas y comprende cinco unidades mayores: Sierra Norte, Sierra Chica-Las Peñas, Sierra Grande-Comechingones, Sierras de Pocho-Guasapampa y Valles Estructurales. Esta provincia comprende, además, las grandes cuencas intermontanas como el Bolsón de las Salinas Grandes y de Ambargasta, correspondiente a una extensa área alargada en dirección norte-sur y con escaso relieve. Las planicies de la provincia de Córdoba son parte del sector sudoccidental de la gran provincia geomorfológica de la Llanura Chacopampeana que, a su vez, se divide en tres grandes regiones naturales a partir de sus características morfosedimentarias: Chaco, Pampa Norte y Pampa Sur. En la llanura cordobesa, se diferencian cuatro ambientes geomorfológicos mayores: Depresión de la Laguna de Mar Chiquita, Planicie Fluvioeólica Central, Planicie Arenosa Eólica del Sur y Ambientes Pedemontanos.
La producción minera de la provincia de Córdoba se restringe a minerales y rocas industriales, ya que no se registra producción de minerales metalíferos desde fines del siglo XX. En orden de importancia, lideran los áridos de origen fluvial y de trituración, seguidos en un orden de magnitud menor por los mármoles y otras rocas carbonáticas para diversos usos (cemento, cal, molienda) y las arcillas. Sustancias como la serpentinita (esencialmente para uso siderúrgico) y cuarzo y feldespatos tienen una producción importante, con un fuerte crecimiento de la primera en la última década. A pesar de que el volumen producido no es muy alto, Córdoba es líder nacional en la producción de fluorita y de rocas ornamentales (granitos y mármoles); en cambio, la producción de sal común o halita es muy variable, ya que está controlada por el factor climático. Los yacimientos metalíferos de Córdoba tuvieron una importancia relativa dentro de la minería nacional del siglo XX, entre los que se destacan los distritos de wolframio y manganeso por el volumen producido.