dc.description | Según la CEPAL, los desastres naturales son considerados como una “disrupción grave del funcionamiento de una comunidad o sociedad en cualquier escala debida a fenómenos peligrosos que interaccionan con las condiciones de exposición, vulnerabilidad y capacidad, ocasionando (…) pérdidas e impactos humanos, materiales, económicos y ambientales” (Leónard, 2019), teniendo un impacto negativo en el funcionamiento del suprasistema social; en las comunidades y territorios que la componen; y en servicios básicos y esenciales, lo que implica una activación extraordinaria de acciones de emergencia (Espinoza, 2008). Estas emergencias engloban un conjunto de eventos externos e internos ante los cuales los profesionales esenciales que responden al llamado en desastres naturales deben enfrentar. En el caso de los eventos externos, podemos visualizar el enfrentamiento ante la muerte, exceso de sufrimiento humano o incluso nuevos accidentes que pueden ocurrir en el lugar de trabajo mientras atienden la emergencia. Por otro lado, los eventos externos implican una sobrecarga física, emocional, cognitiva y conductual que puede afectar su desempeño, imposibilitando dar rápida respuesta a la emergencia (Lucas, 2013). Debido al punto asociado a los eventos internos que enfrentan los profesionales que acuden y trabajan durante desastres naturales es que consideramos importante abordar dicha temática desde dos puntos fundamentales: El primero vinculado a la relación asimétrica del abordaje de los desastres naturales. Los profesionales que enfrentan los desastres naturales corresponden a una gama de personas de distintas áreas como: las ciencias sociales, naturales, carreras de la ingeniería y de la salud. Estos grupos enfrentan las situaciones de desastres de manera diferenciada y con mayor preparación por sobre otras. Así lo sustenta Capacci y Mangano (2015), quienes expresan que existe una limitante al momento de estudiar los desastres naturales, pues hay un escaso diálogo entre las distintas profesiones de dichas áreas, por ende se dificulta la conexión entre los diversos estudios realizados por éstas y así, imposibilitando compartir métodos de investigación y puntos de vista. Dentro de ello, las ciencias sociales son mayormente invisibilizadas en los estudios de estos desastres (Lavell, 1993), generando que existan escasas investigaciones que puedan brindar una visión social y esto, a su vez, imposibilita que dichas ciencias puedan ser consideradas y visibilizadas para contribuir al estudio de fenómenos sociales en contextos de desastres naturales. | |