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El impacto psicosocial de la adicción química en la familia
Fecha
1999Autor
Arregoces, Beatriz
Institución
Resumen
La adicción química genera un fuerte impacto psicosocial en la familia, por lo tanto en la comunidad y la sociedad en general. El impacto psicológico lo vemos reflejado en la salud mental del adicto, que por más que no quiera lastimar a quienes lo rodean, terminará haciéndolo, dado el objeto de adición poco a poco va desplazando, a todas aquellas cosas que para él eran importantes, incluyendo por supuesto las actividades comunes que realizaba con sus familiares (cónyuge, hijos, padres), de manera que el adicto sufre una sustitución de intereses. Poco a poco su salud mental se ve afectada, al igual que la de los demás miembros de la familia, sean o no facilitadores o coadictos. Las continuas peleas y reacciones violentas que genera la adicción pueden causar grave trauma a los niños que forman parte de la familia y hacerlos más vulnerables a que sufran la misma enfermedad. Sin duda, por la expenenc1a que la vida cotidiana nos ofrece, la desintegración familiar se genera por muchos motivos, entre los cuales a menudo están presentes los problemas causados por la adicción de uno de sus miembros. Las secuelas que puede generar todo el proceso de adicción en la familia a nivel psicológico, son graves sobre todo en lo que hace referencia a la autoestima y a una pérdida de seguridad, de fe en el adicto, puesto que no cumple sus compromisos, sus deberes, promete no drogarse o no tomar más pero, nunca cumple, entonces sus familiares van perdiendo la confianza y el adicto pierde credibilidad entre los suyos. En la parte social los efectos de la adición química en la familia son terribles porque, la adición genera un proceso de desintegración familiar muy doloroso para todos sus miembros, al tiempo que el adicto puede llegar a delinquir con tal de conseguir la bebida o la droga, empezando por robar en su propia casa o agredir a uno de sus familiares y causarles lesiones personales o aún la muerte si esa persona no le facilita dinero para conseguir alcohol o droga. De otro lado muchos niños hijos de alcohólicos o drogadictos, huyen de sus casas cansados de los maltratos y del clima de violencia que en ella se vive. Es por ello que se debe trabajar en prevención del uso del alcohol y las drogas, pero con énfasis en la niñez a partir de los 7 años aproximadamente se debe capacitar sobre las consecuencias dañinas que para el ser humano tiene el uso de esas sustancias. Esperar a que los niños crezcan y sean adolescentes para hablarles de los peligros de la droga es perder un tiempo precioso, y tal vez cuando pensemos en prevenir, lo que tengamos que hacer es iniciar un tratamiento.