Análisis y profundización punitiva de la violencia sexual en el menor

Abstract

El propósito de este ensayo titulado "Análisis y profundización punitivo de la violencia sexual en el menor", es presentar un pequeño estudio donde se haga un llamado a todos los estamentos del Estado, la sociedad, la rama jurisdiccional, educadores padres, etc. Sobre la necesidad de preparamos con el ánimo de superar el estado caótico y banca rota de valores morales por los que actualmente está viviendo en estos momentos la humanidad. Podemos traer a nuestra memoria el famoso aforismo enunciado por el Filósofo Plauto, "Horno Hominis Lupus", (El hombre es un lobo para el hombre) que nos recuerda la necesidad de replantear nuestra cultura ya tan familiar de la VIOLENCIA y que está generalizada en todo nuestro entorno, tocando uno de los núcleos fundamentales la familia y su pilar más representativo el menor. Hemos permanecido inermes ·ante todos los signos más crudos y estremecedores de violencia, observamos que a pesar de haber pasado por dos (2) grandes conflictos mundiales y se nos avecina acontecimientos catastróficos similares, sino, replanteamos nuestra manera de pensar, de sentir y de actuar, parece que quisieramos seguir en la hipnosis colectiva. La única manera de salir de ella; es si queremos transformarnos íntegramente y debemos hacerlo individualmente, debemos partir por nosotros mismos, en este pequeño núcleo social que es la familia. El niño es la base de una "progenie superior" que requiere un auto mejoramiento colectivo, partiendo por cada individuo en nuestra propia casa mental, sicológica, sacando de nuestro interior la causa de nuestro dolor, elementos que en su conjunto constituyen, condicionalmente nuestra propia conciencia. Muchas de esas actitudes violentas proceden del ámbito familiar y se crecen sin ningún control en la comunidad barrial, localidad, municipio, nación y el mundo produciendo un caos. Debemos apoyarnos en el cientismo superior, partiendo de nosotros, aprendiendo a escuchamos, iniciando por escuchar al niño, y educándonos mutuamente, escuchándonos y tolerándonos unos a otros, buscando una; convivencia pacífica, esforzándonos a encontrar espacios de distensión y pasificación interior que nos lleve a una estructura de equilibrio y de justicia.