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La configuración de la identidad nacional en los orígenes de la democracia argentina: el yrigoyenismo
La configuración de la identidad nacional en los orígenes de la democracia argentina: el yrigoyenismo
Autor
Ferrás, Graciela
Zunino, Victoria
Ferreyra, María de los Ángeles
Rosetti, Facundo
Di Natale, Marco Agustín
Institución
Resumen
El presente proyecto de investigación tiene por objetivo contribuir al debate sobre los orígenes de la democracia en la Argentina a partir del análisis de la conformación de la identidad nacional. El haber detectado la persistencia de la necesidad de asirse de un sujeto político “homogéneo”, como la nación o el pueblo, para lograr una idea de integración nacional lo ha motivado. En este sentido, nos proponemos abordar el surgimiento del radicalismo y el fenómeno del yrigoyenismo, así como sus modos de construcción de la identidad política, poniendo el acento en el uso y la tradición de su vocabulario político, más que en sus mecanismos de acción política y en la forma de su estructura partidaria en el gobierno. Por otro lado, nos interesa analizar las tensiones y filiaciones entre los discursos adherentes a la tradición liberal, la tradición democrática y los nacionalismos, respectivamente, puestos en valor en este escenario social, cultural y político compartido. Si bien el radicalismo nace como un partido de principios esencialmente impersonal, como recita su Carta Orgánica de 1890, para Yrigoyen el radicalismo no era un partido político, sino un movimiento: la nación misma. Desde el principio, esta idea está unida a la comprensión de la política como un apostolado. Yrigoyen aparece como el héroe restaurador enviado por la Providencia (Yrigoyen, Mi vida y mi doctrina, 1923). El Manifiesto de la Unión Cívica Radical al pueblo de la República del 30 de marzo de 1916 llama a todos los argentinos a cumplir con el “sagrado” deber cívico, porque el país requiere “una profunda renovación de sus valores éticos”. Esta idea del apóstol y del sacrificio está íntimamente conectada con concebir a la Unión Cívica Radical como un movimiento, como “la religión cívica de la nación adonde las generaciones sucesivas puedan acudir en busca de nobles inspiraciones”. La causa contra el régimen es la de la nación misma. Yrigoyen asume la imagen cristiana del apóstol, jugando con la figura de Jesús –en una lógica de mesías, profeta, pero también de sacrificio y vía crucis– como restaurador del orden moral y político de la república. Ahora bien, ¿Yrigoyen dona un sentido personal al sentimiento de religiosidad cívica expresado por el radicalismo? ¿O este sentimiento nace con el sistema de representaciones del liderazgo de Yrigoyen? The present project’s objective is to contribute to the debate on the origins of Argentine democracy based on the analysis of the conformation of the national identity. This study is motivated by having perceived the persistent need to take hold of a “homogeneous” political subject, such as the Nation or the People to accomplish an idea of national integration. In this sense, we propose to approach the emergence of radicalism and the phenomenon of yrigoyenismo, as well as its ways of constructing political identity, emphasizing the use and tradition of its political vocabulary, rather than its mechanisms of political action or its party structure in government. On the other hand, we are interested in analysing tensions and filiations among the speeches from the liberal, democratic and nationalist traditions in this shared social, cultural and political scenario. Even though radicalism is born as a party with essentially impersonal principles, as it is displayed in its Organic Chart of 1890, for Yrigoyen radicalism was not a political party, but a movement: the Nation itself. From the beginning, this idea is linked to the understanding of politics as an apostolate. Yrigoyen appears as the restorative hero sent by Providence (Yrigoyen, My life and doctrine, 1923). The Manifesto of the Radical Civic Union to the people of the Republic of March 30, 1916 calls on all Argentines to fulfil the “sacred” civic duty, because the country requires “a deep renewal of their ethical values.” This idea of the apostle and the sacrifice is intimately connected with conceiving the Radical Civic Union as a movement, as “the civic religion of the nation where successive generations may go in search of noble inspirations”. The Cause against the Regime is that of the Nation itself. Yrigoyen assumes the christian image of the apostle, playing with Jesus’ figure - in a logic of messiah, prophet, but also of sacrifice and via crucis- as restorer of the moral and political order of the republic. However, does Yrigoyen give a personal sense to the feeling of civic religiosity expressed by radicalism? Or is this sentiment born with Yrigoyen’s system of leadership representations?