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LA HOMOFOBIA: HETEROSEXISMO, MASCULINIDAD HEGEMÓNICA Y ECLOSIÓN DE LA DIVERSIDAD SEXUAL
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Autor
Colina, Carlos
Institución
Resumen
Se analiza el denominado “pensamiento heterosexual”, sobre todo, a partir de las sociedades industriales y sus biopolíticas, que en la ambivalencia de la sociedad emergente se combinan con la seducción consumista. Se describen las pautas impuestas por el régimen o dispositivo de la sexualidad foucaltiano, desde el siglo XIX y el establecimiento de la homosexualidad y la heterosexualidad como realidades distintas y plenamente separadas. Esta oposición ha moldeado las jerarquías morales y las políticas del saber y del poder. Para Monique Witting, el pensamiento heterosexual está constituido por una serie de conceptos primitivos, teorías e ideas preconcebidas, que constituyen el pensamiento heterosexual. La cultura occidental, patriarcal y heterosexista, ha impuesto un tipo de masculinidad hegemónica con carácter normativo, pero con características misóginas y homofóbicas. La masculinidad se relaciona con el dominio, la fortaleza e, inclusive, con la violencia. En la construcción de la masculinadad hegemónica, la homofobia se interrelaciona con el sexismo. Cabe acotar que en este artículo se explicita un distanciamiento crítico del término homofobia.
El activismo gay se inscribe dentro de los nuevos movimientos sociales y se catapulta a partir de la chispa de Stonewall. En las décadas de los setenta y ochenta se adelantan las políticas de identidad gay, teniendo como base el modelo étnico y olvidando los preceptos contraculturales iniciales. En algunos casos se globalizó la identidad gay estadounidense con caracteres hipermasculinizados. En cuanto a los diferentes marcos ideológicos que fundamentan la práctica política contemporánea de los colectivos LGTBI, no podemos partir de una concepción progresiva, evolutiva y etapista. Las distintas etapas del pensamiento no se suceden y suplantan de manera líneal. sino que coexisten y se solapan en la realidad actual. Por cierto, en el año 1990 surge el famoso grupo Queer Nation, que con su predecesor ACT UP, se plantea romper con las políticas asimilacionistas. Estos grupos reivindican las identidades marginales. Por cierto, el activismo queer tuvo como contexto de surgimiento la crisis de los movimientos feministas mayoritarios, cuyos afanes universalizadores los condujeron a soslayar otras dimensiones transversales de exclusión.
En este artículo se analiza brevemente el feminismo clásico y se incluyen importantes aportaciones conceptuales del feminismo posmoderno y queer, y la denominada, Nueva Política del Género.
En el plano político pragmático se reconocen los avances de los DDHH de la población sexodiversa en las socialdemocracias occidentales y su situación de atraso y precariedad vital en los países totalitarios u autoritarios, verbigracia, el sistema político venezolano. Ante los avances legislativos globales que se intensifican a partir de Los Principios de Yogyakarta (2007) se constata el rezago mundial y regional de la nación venezolana.
Nos encontramos con un trabajo conceptual importante, no obstante, Colina aclara que, a pesar de que el foucaltianismo de este artículo es heterodoxo, es decir, está matizado por la “ambivalencia de la sociedad emergente” y la seducción consumista, posteriormente ha revisado aún más la (im)pertinencia del dispositivo de sexualidad foucaltiano, ya que hoy día parece operar apenas en ciertos países e instituciones y no de manera generalizada como previó el autor galo. Por otra parte, además del alejamiento de la perspectiva foucaltiana (como inválida para ser aplicada en las sociedades posmodernas y de consumo), Colina ha criticado y deconstruido, posteriormente, en otro lugar, el concepto de hegemonía gramsciana, debido a su carga ideológica totalitaria.