Manifestaciones de la vida cultural en Santo Domingo

Abstract

"Manifestaciones de la vida cultural en Santo Domingo" es una síntesis histórica de la evolución del pensamiento filosófico en República Dominicana. Este trabajo, que fue publicado originalmente en 1957, en la Revista Dominicana de Filosofía, constata cómo desde el inicio de la colonización la que hoy es República Dominicana no solo recibió el influjo del pensamiento europeo, sino que en parte fue cuna y motivo de aspectos importante de su transformación. Esto se vio desde el inicio mismo de la conquista, ya que la defensa de los aborígenes iniciada por el famoso sermón "Ego vox clamantis in deserto", que tanta repercusión tendría en el surgimiento de lo que hoy conocemos como derechos humanos y derecho internacional, fue pronunciado en esta tierra por el sacerdote dominico fray Antonio de Montesinos en representación de toda su orden. La línea de pensamiento que entonces se inicia es algo del todo inédito en la historia del mundo, tanto porque tiende a poner en plano de igualdad a "conquistados" y "conquistadores" como porque hace que el propio conquistador (en este caso España) se atreva a cuestionar su propio "derecho" a la conquista, algo nunca visto antes. La manera en que Santo Domingo y toda la América hispánica sirvieron de espejo y acicate a un nuevo despertar de la conciencia europea y humana vuelve y se evidencia en su influjo en el ideal del "hombre bueno por naturaleza" o "buen salvaje", base de todo ese gran movimiento que fue el Romanticismo, el cual daría lugar a un período de grandes convulsiones en Europa (sobre todo a partir de la obra de Jean-Jacques Rousseau) y al despertar de la conciencia latinoamericana, que entonces sabe que su camino pasa por la independencia de sus pueblos. Mas todo esto, es decir, descubrimiento de América y caída del Imperio español, se inscribe en el marco más amplio de la Modernidad, etapa histórica que empieza a incubarse con la propia emergencia -para el continente europeo y el resto del mundo- de la realidad americana. La tierra de la primera universidad en América, Santo Domingo, ha sido sucesivamente escolástica, romántica y positivista, pero desde siempre, al menos en el sentido acabado de referir, ha estado inscrita en la vertiginosidad de lo moderno.