Artículos de revistas
Situación actual del hombre dominicano
Fecha
1986Registro en:
Ferrán, F. I. (1986). Situación actual del hombre dominicano. Investigación y Ciencia, año 1, núm. 2 (mayo-agosto 1986), pp. 115-141. Santo Domingo: Universidad APEC
Autor
Ferrán, Fernando I.
Institución
Resumen
Frente al ser dominicano tradicional, Fernando Ferrán traza las características generales de la dominicanidad que emerge del proceso acelerado de modernización, ya evidente e imparable en la década de los 80 del pasado siglo XX. De acuerdo con este trabajo, la comunidad nacional ha dejado de ser una entidad aislada, pobre, poco densa y hasta cierto punto detenida en una economía de subsistencia en la que el hombre se somete a la naturaleza y acepta con fatalismo lo que Dios y la vida disponen. En cambio, se ha convertido en una sociedad muy estratificada y compleja en la que se imponen, al margen de las diferencias entre sus segmentos más significativos (comunidad rural, comunidad urbana, barrios marginales, bateyes, emigrantes o dominicanos ausentes), el individualismo, el consumismo y la aspiración o la adopción (allí donde esto es posible) de estilos de vida propios del Occidente desarrollado, sobre todo del norteamericano. Aunque en el país la relación con la naturaleza se ha invertido, de suerte que se pretende y se busca su sometimiento a los intereses humanos, la racionalidad instrumental no ha sido del todo asimilada, pues el dominicano promedio suele conformarse con la adquisición y el disfrute de bienes y artilugios, no estimando necesaria la asunción de la innovación tecnológica e industrial que los hace posible. La pobreza, que ya no es un estado compartido y hasta cierto punto aceptado en su significación cristiana, es ahora una tara de la que cada quien debe salvarse como pueda, pues el Estado ha demostrado ser incapaz de socializar o redistribuir la riqueza, sea mediante servicios públicos de calidad, sea mediante la inducción de esquemas productivos novedosos y exitosos para todos sus involucrados. De ahí que la modernidad dominicana sea ante todo irregular, desigual y promotora de inequidad social: el reducido grupo de personas que vive con todo el confort de los países desarrollados se sustenta en amplios segmentos poblacionales hundidos en la explotación laboral, en la miseria material y espiritual y en la violencia indiscriminada.