Tesis
Relación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad: La constitución de una subjetividad universal en el pensamiento político de Ernesto Laclau
Fecha
2017Autor
Ccoa Jordan, Eduard Arnaldo
Institución
Resumen
En esta tesis se aborda el tema de la relación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad: la constitución de una subjetividad universal en el pensamiento político de Ernesto Laclau. El tema surge, en primer lugar, del interés por demostrar la articulación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad en la construcción de una subjetividad universal (pueblo); y en segundo lugar, por la preocupación de explicar y aclarar (describir) conceptualmente las categorías de lógica equivalencial, lógica diferencial, universalidad, subjetividad, antagonismo y entre otras que fueron desarrolladas por Ernesto Laclau durante la mayor parte de su trayectoria intelectual en lo que es su teoría de la hegemonía. El tema se contextualiza a partir del libro Hegemonía y Estrategia Socialista (2010) cuyos autores fueron Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, hasta los Fundamentos Retóricos de la Sociedad (2014), último libro importante publicado por E. Laclau. En el transcurso de este periodo intelectual, el filósofo argentino ha desarrollado un corpus teórico importante denominado teoría de la hegemonía que contiene, básicamente, todo su pensamiento filosófico y político. En consecuencia, no se estudiaron los escritos anteriores a Hegemonía y Estrategia Socialista, ya que constituyen textos en los que el pensamiento teórico y político de Laclau se movía todavía dentro de la corriente marxista, especialmente aquella inaugurada por L. Althusser y su escuela estructuralista. Sin embargo, es necesario decir que toda su preocupación teórica así como su trayectoria política estaban siempre vinculadas al populismo y la hegemonía. Tal preocupación es producto de su experiencia como activista político en la izquierda nacional durante las décadas de los cincuenta y los sesenta en las que Argentina atravesaba el proceso político peronista. De toda esta experiencia, Laclau concibe teórica y políticamente el populismo no como una enumeración de rasgos sociológicos e históricos, sino como una lógica política a partir de la cual es posible construir un sujeto universal (pueblo). Así, en la Razón Populista (2005), la hegemonía y el populismo describen el mismo problema y la misma lógica. Ahora bien, para fines de la presente investigación se utilizan dos categorías importantes de la teoría de la hegemonía, cadena equivalencial y universalidad, que son, quizás, los conceptos más importantes y originales desarrollados por Ernesto Laclau dentro del marco deconstructivista y la teoría política del discurso. Junto a otros conceptos como “articulación”, “discurso”, “antagonismo” y “significante vacío”, la lógica equivalencial y la universalidad permiten comprender los antagonismos sociales, la lucha política de “los nuevos movimientos sociales”, así como la construcción de una subjetividad universal (pueblo). Sin embargo, es precisamente en la constitución de dicha subjetividad universal donde Ernesto Laclau no da una respuesta definitiva sobre el tipo de relación que debe existir entre la cadena equivalencial y la universalidad para la constitución de dicha identidad universal. Es decir, su ontología política no explicita esta relación como una relación hegemónica. No obstante, hay muchos indicios teóricos y políticos dentro su obra que llevan a considerar esta posibilidad. De ahí que se formule una interrogante: ¿de qué tipo es la relación entre la cadena equivalencial y la universalidad en el pensamiento político de Ernesto Laclau para que se constituya una subjetividad universal? En respuesta a esta formulación se lanza una hipótesis argumentativa: La relación entre la cadena equivalencial y la universalidad es hegemónica, porque: a) solo así es posible concebir la emergencia de una subjetividad universal (pueblo) y b) este tipo de relación permite pensar dicha subjetividad universal en términos políticos y no en términos esencialistas. Para Laclau, la cadena equivalencial es entendida políticamente como la solidaridad espontanea de las diversas identidades que luchan contra un enemigo (régimen político opresor) que niega un conjunto de sus demandas concretas; mientras que la universalidad constituye siempre una experiencia social inalcanzable (“objeto imposible”), esto es, el mito de una comunidad plenamente racionalizada y transparente. Sin embargo, para la constitución política de una identidad general (pueblo) tiene que existir una relación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad. Sin esta relación, lo universal permanecería como una sustancia trascendental o positiva, y la cadena equivalencial se reduciría a una pluralidad dispersa del puro particularismo; en este contexto, la construcción de una subjetividad universal es políticamente imposible. Por el contrario, si existe dicha relación entre ambos elementos políticos es posible concebir una identidad general. Asimismo, esta nueva identidad construida hegemónicamente no es el efecto de una necesidad estructural, sino el efecto retroactivo de una construcción contingente y precaria. Por otro lado, esta investigación es historiográfica ya que se fundamenta en los parámetros dados por U. Eco (2001) sobre investigaciones en humanidades. Para este autor lo que caracteriza precisamente a una investigación de tipo historiográfico es el paso de un problema abstracto (la noción de dios, por ejemplo) a un problema donde las ideas emergen bajo el pensamiento filosófico de otro autor (el concepto de mercancía en Marx o el problema de la ideología en Althusser, por ejemplos). Teniendo en cuenta lo anteriormente dicho, el primer capítulo titulado “el problema de la articulación hegemónica” está dedicado a problematizar las categorías de hegemonía, cadena equivalencial y universalidad a través de la perspectiva de cuatro autores: E. Laclau, S. Zizek, M. Barret y J. Butler. Con sus respectivas miradas, se intenta aclarar y contextualizar la legitimidad teórica y política de la articulación hegemónica como teoría política. En la segunda parte titulada “cadena equivalencial y universalidad en el pensamiento político de Ernesto Laclau”, se intenta aclarar de forma descriptica y crítica los conceptos de equivalencia y universalidad. Para esta labor se recurre a los conceptos de “hegemonía”, “particularidad”, “antagonismo”, “diferencia”, “significante vacío” y “demanda”, ya que para comprender la construcción de una subjetividad universal a partir de la relación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad es necesario aclarar primero dichos conceptos. Para ello se parte, en primer lugar, por la “articulación hegemónica” donde el concepto más importante es la hegemonía; por tanto, en esta parte se especifican los orígenes socialdemócratas y gramscianos, así como los rasgos políticos y teóricos, de la hegemonía. Se desarrolla, asimismo, el concepto de particularidad pero relacionado intrínsecamente con la universalidad, ya que lo más importante de estas dos categorías es la inconmensurabilidad que establecen entre sí en la construcción de las identidades sociales y políticas. Se define también el antagonismo como una categoría ontológica que desdobla y subvierte todo el campo social y político, demostrando, de esta forma, su importancia para la teoría de la hegemonía. En segundo lugar, se desarrollan “las lógicas sociales” en las que la lógica diferencial y la lógica equivalencial juegan un rol teórico y político importantes en la construcción de una subjetividad universal. Así también se alude al significante vacío como un significante desligado de su definición conceptual (isomorfismo). Términos como “democracia”, “justicia”, “libertad”, etc., son considerados en la teoría política de la hegemonía como significantes vacíos ya que su reapropiación significativa depende únicamente de la lucha política que se establece al interior de una cadena equivalencial. Finalmente, se describe la demanda, que a diferencia del grupo social, es la categoría más importante para la analítica social y política ya que los sujetos o particularidades se organizan siempre alrededor de unas demandas que exigen al sistema. En el tercer capítulo denominado “la construcción política de una subjetividad universal” se intenta demostrar la relación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad en el pensamiento político de Ernesto Laclau. Para ello, en la primera parte, se analizan las categorías de sujeto y subjetivación, donde se entiende al sujeto político estrictamente como una construcción discursiva que necesita de una mediación equivalencial para su significación. De ahí que este mismo sujeto no pueda permanecer en el puro particularismo sino que aspira, en algún momento, a constituirse en una subjetividad universal (pueblo). Sin embargo, para que esto sea posible, la construcción de una subjetividad universal, es necesario que la particularidad logre universalizar sus demandas dentro de un terreno antagónico. Se aprecian también los cambios teóricos en el pensamiento político de Laclau respecto al sujeto: desde una primera noción posestructuralista de “posiciones de sujeto” hacia nociones más lacanianas y radicales del “sujeto como falta”. En la segunda parte, se pasa a desarrollar la categoría de los nuevos movimientos sociales donde se los describe como sujetos sin ningún tipo de racionalidad social o filosófica ya que no poseen ningún sentido teleológico o histórico; se trata, por el contrario, de identidades puramente contingentes, que articulados equivalenciamente frente a un enemigo, pueden constituirse en una nueva identidad general (pueblo). En la tercera parte, se hace alusión a las articulaciones hegemónicas, exclusiones radicales y poder político, donde se concibe al poder como una construcción intrínsecamente política sostenida por las exclusiones radicales y las articulaciones equivalenciales; se demuestra, asimismo, que la constitución de una subjetivad universal (pueblo) en el pensamiento político de Ernesto Laclau solo es posible a partir de la articulación hegemónica entre la cadena equivalencial y la universalidad. Finalmente en la parte del pueblo y el populismo se especifica el carácter nominativo y performativo del pueblo. También, se reafirma el carácter formal del populismo como lógica social en la construcción de una identidad política contingente.