dc.description.abstract | La metáfora oceánica es ocupada en la poesía erótica como un cliché que representa el cuerpo de la mujer como un espacio inconmensurable, peligroso y devorador, en el que los hombres se extravían y naufragan. Casos paradigmáticos de esto encontramos en poetas como Baudelaire y, en la escena chilena, Neruda con sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada, obra en que la mujer acaba metaforizada como un océano destructor. La poeta chilena Chela Reyes responde a esta tradición en su poemario Ola nocturna (1945), al utilizar este dominio semántico para construir la propia corporalidad y la relación erótica con el otro. De hecho, críticos como Alone o Ricardo Latcham notaron en su momento una cierta filiación nerudiana de algunas imágenes del repertorio marítimo de Chela Reyes. Es por ello que podemos entender Ola nocturna como una suerte de contrapunto o resaca, en la medida que existe una apropiación de metáforas y lexemas típicamente nerudianos, pero resignificados desde otro polo de enunciación: la voz femenina de Chela Reyes viene de más allá del mar, o del fondo del mismo. En este trabajo, se analiza con especial énfasis el poema “Abismo”, texto en el cual la mujer es un cuerpo marino profundo y misterioso, hecho de olas y algas voraces, mientras que el hombre, al que ella canta —en un tono ambiguo que oscila entre el lamento y la sensualidad—, es el cadáver frío y exangüe del ahogado que se deshace entre las plantas de la mujer marina. 8) Palabras clave (3 a 5): poesía chilena, vanguardia, mar, erotismo, cuerpo. | |