Chile llegó a disputar con Noruega el primer y segundo lugar de la producción mundial de salmónidos, hasta la crisis del salmón causada por el virus ISA. Esto es una muestra más del riesgo producido por enfermedades infecciosas en sistemas intensivos de cultivo. Una de las herramientas más potentes para el control de las infecciones es la prevención de la enfermedad mediante la aplicación de vacunas, especialmente para aquellas enfermedades que no tienen tratamiento como ocurre con las virales. El desarrollo de vacunas eficientes para el control de las infecciones virales no es fácil, tanto por la variabilidad de los virus como por la complejidad de su infección. Con los peces esto es más complicado, ya que su sistema inmune es menos conocido, menos eficiente y tiene una memoria muy limitada en el tiempo. Por este motivo, las vacunas existentes en salmonicultura producen una muy baja protección, centrando su diseño hacia la estimulación del sistema inmune humoral.