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Sobre la destrucción. Memoria y afectividad en dos itinerarios por una geografía sísmica
Fecha
2016-06Registro en:
Depetris Chauvin, Irene; Sobre la destrucción. Memoria y afectividad en dos itinerarios por una geografía sísmica; Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género; Mora; 22; 1; 6-2016; 1-16
0328-8773
CONICET Digital
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Autor
Depetris Chauvin, Irene
Resumen
Considerando abordajes recientes sobre las geografías afectivas y sobre los vínculos entre memoria y materialidad, este artículo analiza los documentales Tres semanas después(2010), de José Luis Torres Leiva, y Tierra en movimiento (2014), de Tiziana Panizza. Estos dos itinerarios por una geografía sísmica ofrecen modos de comprender el desastre y elaborar la pérdida a través de un trabajo del duelo que insiste en la materialidad y espectralidad del espacio. La atención de Torres Leiva en los escombros y en las performances de destrucción del paisaje, y el registro de Panizza de las texturas de los materiales blandos en el retrato de la cotidianeidad de una comunidad humano sísmica, dan cuenta tanto de los modos en que los filmes movilizan imágenes que ´nos mueven´ como del potencial de las prácticas estéticas para articular formas de ´estar juntos´ después de una pérdida. Considering recent contributions from the field of affective geographies as well as studies on the connecctions between memory and materiality, this article analyses two Chilean documentaries: Tres semanas después (2010), by José Luis Torres Leiva, and Tierra en movimiento (2014), by Tiziana Panizza. These two itineraries through a seismic geography offer ways of understanding the disaster and coping with the loss through a “work of mourning” that insists on both the material and the spectral qualities of space. José Luis Torres Leiva’s emphasis on the debris of collapesed buildings and on the performances of destruction of landscape and Tiziana Panizza’s attention to the poetic of textures in the every day life of a “seismic human community”, reveal the ways in which films mobilize images that “move us” as well as they convey the potential of aesthetic practices to articulate new forms of “being together” in the aftermath of a loss.