dc.contributorBurgos Bernal, Alejandro
dc.contributorExil_ Plataforma de Producción Poiética
dc.creatorPatiño Sastoque, Maria Camila
dc.date.accessioned2022-02-03T13:54:29Z
dc.date.available2022-02-03T13:54:29Z
dc.date.created2022-02-03T13:54:29Z
dc.date.issued2021-10-27
dc.identifierhttps://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/80861
dc.identifierUniversidad Nacional de Colombia
dc.identifierRepositorio Institucional Universidad Nacional de Colombia
dc.identifierhttps://repositorio.unal.edu.co/
dc.description.abstractQuizá llevamos un largo tiempo pensando que la ciencia y la espiritualidad son antagónicos, que trabajan por objetivos diferentes, también quizá pensamos así con lo que refiere a las distintas áreas del conocimiento en general, es a lo sumo posible que poseamos una mente dividida, como si el ser humano fuera únicamente algo específico, o su naturaleza se pudiera separar en formas concretas; el ser humano es más bien un ser holográfico, multisensorial, multiracional y multidimensional, pero ha sido una especie que ha explorado su espiritualidad guiada por la racionalidad y no por su espíritu, no por su intuición. Ante esto lo espiritual se ha expresado a través de signos cerrados, permeados por normas y sentencias que pueden haber conducido al ser humano hacia lugares similares a los de la abstracción de la ciencia, apartándolo un poco más de la percepción profunda de la realidad que deviene del cambio permanente del presente y de sí mismo. Es importante comprender que las manifestaciones espirituales también hacen parte de esa gran red de conocimiento, no como religiones sino como expresiones emocionales propias de los seres humanos; son también un efecto de la realidad; relaciones simbólicas vivas que producen exaltación, inquietud, asombro, como la vida misma; el conocimiento así es un sistema articulado que además de tener en cuenta la construcción racional del mundo también contiene la respuesta emocional humana movida por pulsiones internas inexplicables. Esta separación de lo espiritual y la división del conocimiento en la que hemos confiado por tanto tiempo ha provocado los mayores problemas de la humanidad, puede que incluso haya contribuido al afloramiento de la crueldad humana a través del egoísmo, que produce tanta destrucción y dolor. Mente y espiritualidad han luchado permanentemente para defender su percepción del mundo y volverla única; pero considero que no es necesario seguir haciendo esto, podemos comenzar a comprender que las relaciones que el ser humano tiene con la realidad no pueden ser únicas ni generalizables, no hay un sólo camino, hay infinitos caminos para acercarse a la realidad, a la vida, y en la manera en la que comprendamos esto, los conflictos no tendrán ningún lugar, ni ninguna fuerza. En la actualidad puede que sigamos retomando el mismo problema que se ha generado desde hace más de dos mil años, la separación, la división, la clasificación, lo intuitivo sigue apartado, lo emocional sigue suspendido de los procesos mentales, necesitamos silencio para que lo espiritual emerja, quizá necesitamos reconocer que el papel de la mente y del conocimiento en nuestra vida son una herramienta de comunicación con el mundo, no son el mundo mismo. La integración de saberes, obtenidos mediante la percepción racional y emocional, esta última expresada por medio del lenguaje de las imágenes, deben ser considerados con el mismo valor y utilizados para la ampliación de posibilidades epistemológicas que hagan visibles los nodos conectores de las redes de comprensión de la realidad. La obra de arte entonces puede entrar en la generación de conocimiento de la realidad, no manifestada en la abstracción y en la determinación , sino a través de una materialidad no funcional que necesita del espíritu del ser humano para ser activada, la verdadera obra de arte es una máquina generadora de imágenes que no tiene tiempo ni espacio concretos, viaja a través del tiempo, como una máquina voladora; por esta razón en toda la historia de la humanidad hemos tratado de conservar dichas cosas como si tuviesen vida, como algo muy valioso, algo que no simplemente se deteriora como los objetos, su “función” no se des actualiza como la de los artefactos producidos por la tecnología, son máquinas del tiempo. La producción tradicional del conocimiento, repetidas veces, ha indicado que el arte no es un productor epistemológico porque demuestra cierta inconsistencia argumentativa incapaz de ser objetivada, esto sucede debido al carácter indefinido de su “significado”, no hay una regla general para producir convicciones a partir de una obra de arte, ya que esta no es sólo lo que el artista quiso expresar, ni lo que la crítica indica, ni lo que el público percibe, ni lo que la conceptualización puede argumentar, si no que es todo ello y más. La obra de arte es la fuente de conocimiento más cercana a la realidad porque al igual que esta, sólo genera preguntas no respuestas, es el sentido más elevado de la creatividad humana porque usa una parte del espíritu para producirse, mejor, para nacer, por eso la obra de arte casi que tiene vida. Hasta ahora no se considera como conocimiento concreto porque no produce respuestas verificables, produce imágenes, contiene en si misma la abstracción y la realidad, pero no está por encima de esta última sino que hace parte de ella, es la pieza perceptual-emocional que conecta de manera interna con el mundo, haciendo visibles otros efectos de este, no es “traducible” como la abstracción. Teniendo en cuenta esto es importante que, si reconocemos que el arte hace parte del conocimiento humano, podemos romper las barreras nebulosas con las demás formas epistemológicas, haciendo visible que la producción de imágenes simbólicas, de cosas que no son objetos, de obras de arte, se puede generar a partir de la aplicación de sistemas al igual que lo hace el resto del conocimiento, pero estos sistemas o la adapatación de otros para generar unos nuevos desde el arte, deben responder a su propia naturaleza. Los sistemas de las demás áreas pueden ser aplicables a la producción de obras de arte y en su aplicación pueden generar nuevos sistemas que también pueden ser aplicables al resto de formas de conocimiento. A través de este trabajo se quiere hacer visible un sistema ampliado, inspirado en algunas herramientas epistemológicas trabajadas en otras áreas que aportan a una construcción metodológica de producción de imágenes simbólicas, participando de una articulación disciplinaria e integración entre los medios de apreciación de la realidad, racional y espiritual. Debemos aclarar que el conocimiento no es la realidad, al igual que quien lo produce hace parte de esta, esta corresponde a la parte consiente de sí misma, a un reconocimiento, una mirada que mira y a la vez es mirada, un espejo. El conocimiento tiene un factor esencial intrínseco que es la memoria, sin esta no hay conocimiento. La memoria le otorga al conocimiento la cualidad de permanencia, y además de nacimiento y regeneración, a partir de la memoria el conocimiento viaja a través de las distintas épocas de vida del ser humano transformándose de acuerdo con las posibilidades de percepción que surjan en un espacio y tiempo determinados. Esta memoria se transfiere principalmnete a partir del lenguaje primario del ser humano que son las imágenes, todo el conocimiento de la realidad surge inicialmente de una imagen, que luego es manifestada a través de un signo o un símbolo. Las imágenes son el puente que conecta nuestra propia existencia con la realidad y sus otros también existentes. (Texto tomado de la fuente).
dc.description.abstractOn epistemological production. We have been thinking for a long time that science and spirituality are antagonistic, that they work for different objectives, we also think this way with the different areas of knowledge in general, we have a divided mind, as if the human being were only something specific, or its nature could be separated into concrete forms; the human being is a holographic, multisensorial, multirational and multidimensional being, but it has been a species that has explored its spirituality guided by rationality and not by its spirit, not by its intuition. In the face of this, the spiritual has expressed itself through closed signs, loaded with rules and sentences that limit the human being to places similar to those of the abstraction of science, moving him more and more away from the conscious perception of the reality that comes from the permanent change of the present and of himself. It is important to understand that spiritual manifestations are also part of this great network of knowledge, not as religions but as emotional expressions proper to human beings; they are also an effect of reality; living symbolic relations that produce exaltation, restlessness, astonishment, like life itself; knowledge is thus an articulated system that besides taking into account the rational construction of the world also contains the human emotional response moved by inexplicable inner drives. This separation of the spiritual and the division of knowledge that we have relied on for so long has caused humanity's greatest problems, and may even have contributed to the outbreak of human cruelty through selfishness, which produces so much destruction and pain. Mind and spirituality have permanently fought to defend their perception of the world and to make it unique; but I believe that it is not necessary to continue doing this, we can begin to understand that the relationship that the human being has with reality cannot be unique or generalisable, there is not only one way, there are infinite ways to approach reality, to life, and in the way we understand this, conflicts will not have any place, nor any strength. Today we continue to take up the same problem that has been generated for more than two thousand years, the separation, the division, the classification, the intuitive is still apart, the emotional is still suspended from the mental processes, we need silence for the spiritual to emerge, perhaps we need to recognise that the role of the mind and knowledge in our lives are a tool of communication with the world, they are not the world itself. The integration of knowledge, gained through rational and emotional perception, the latter expressed through the language of images, must be considered in the same way and used for the broadening of epistemological possibilities that make visible the connecting nodes of the webs of understanding reality. The work of art can then enter into the generation of knowledge of reality, not manifested in abstraction and determination, but through a non-functional materiality that needs the spirit of the human being to be activated, the true work of art is an image-generating machine that has no concrete time or space, it travels through time, like a flying machine; for this reason throughout human history we have tried to preserve such things as if they had life, as something very valuable, something that does not simply deteriorate like objects, their "function" does not decay like that of artefacts produced by technology, they are time machines. Traditional knowledge production has repeatedly indicated that art is not an epistemological producer because it demonstrates a certain argumentative inconsistency incapable of being objectified, this happens due to the indefinite character of its "meaning", there is no general rule for producing convictions from a work of art, since it is not only what the artist wanted to express, nor what critics indicate, nor what the public perceives, nor what conceptualisation can argue, but it is all of these and more. The work of art is the closest source of knowledge to reality because, just as reality only generates questions, not answers, it is the highest sense of human creativity because it uses a part of the spirit to produce itself, better, to be born, that is why the work of art almost has life. So far it is not considered as concrete knowledge because it does not produce verifiable answers, it produces images, it contains in itself abstraction and reality, but it is not above the latter but is part of it, it is the perceptual-emotional piece that connects internally with the world, making visible other effects of it, it is not "translatable" like abstraction. Bearing this in mind, it is important that, if we recognise that art is part of human knowledge, we can break the nebulous barriers with the other epistemological forms, making visible that the production of symbolic images, of things that are not objects, of works of art, can be generated from the application of systems just as the rest of knowledge does, but these systems or the adaptation of others to generate new ones from art, must respond to its own nature. The systems of the other areas can be applicable to the production of works of art and in their application they can generate new systems that can also be applicable to the rest of the forms of knowledge. Through this work we want to make visible an expanded system, inspired by some epistemological tools worked in other areas that contribute to a methodological construction of production of symbolic images, participating in a disciplinary articulation and integration between the means of appreciation of reality, rational and spiritual. We must clarify that knowledge is not reality, just as the one who produces it is part of it, this corresponds to the conscious part of itself, to a recognition, a look that looks and at the same time is a look, a mirror. Knowledge has an intrinsic essential factor which is memory, without it there is no knowledge. Memory gives knowledge the quality of permanence, and also of birth and regeneration, from memory knowledge travels through the different periods of human life, transforming itself according to the possibilities of perception that arise in a given space and time. This memory is transferred mainly from the primary language of the human being, which is images; all knowledge of reality initially arises from an image, which is then manifested through a sign or symbol. Images are the bridge that connects our own existence with reality and its other existents.
dc.languagespa
dc.publisherUniversidad Nacional de Colombia
dc.publisherBogotá - Artes - Maestría en Artes Plásticas y Visuales
dc.publisherEscuela de Artes Plásticas y Visuales
dc.publisherFacultad de Artes
dc.publisherBogotá, Colombia
dc.publisherUniversidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá
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dc.rightsReconocimiento 4.0 Internacional
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess
dc.titleExcedencia de la luz: la puerta de madera y la puerta de vidrio
dc.typeTrabajo de grado - Maestría


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