dc.description.abstract | Lección primera I Preliminares— Brevisima biografía — Sucinta Bibliografía. Henry Bergson nació en París el 18 de octubre de 1859, el año de la publicación en Inglaterra de The origin of spccies, el libro fundamental de Darwin, clave de la biología moderna. Hijo de padres judíos que habían venido a Francia de Inglaterra, algo de la educación inglesa se imprimió desde la infancia en su espíritu, por influencia domestica de su familia, rasgo que había de conservar durante toda su vida. No sólo por la severa austeridad de sus costumbres, sino por su gusto acentuadísimo del estudio de las ciencias exactas y de la sobriedad en el estilo literario, que en un medio de cultura estética tan refinada como el de París, y bajo la influencia, también, de la historia literaria de Francia, al ejercitarse en su aplicación a la exposición filosófica, había de dar el resultado de una rara perfección. Y filosóficamente hablando la influencia inglesa siguió manifestándose en Bergson por los estudios que, ya joven, hizo con predilección de la filosofía científica entonces predominante en Inglaterra. De ahí sus primeras aficiones a obras como las de Stuart Mili y de Huxlev, pero principalmente de Spencer, en reacción contra las cuales había de concebir más tarde, según su propia confesión —ya cuando hubo de abrirse a la influencia francesa más directa: la de Maine de Biran y la de Ravaisson— su voluntarismo, su vitalismo, su evolucionismo creador. En París Bergson estudió en el Lvcée Condorcet. Y ya allí se distinguió como alumno, sobresaliendo en todo, así en literatura como en ciencias. Entre éstas de manera muy especial en las matemáticas, para las cuales, alma eminentemente intuitiva, había de revelar facultades extraordinarias: tan excelentes, en efecto, que él mismo llegó a creer que sería con el tiempo un matemático de profesión. Mas esto no fue así. Pues pronto se percató de que su destino estaba en la enseñanza superior y en la filosofía, en gracia de las cuales escogió, para continuar sus estudios y obtener el título de catedrático, entrar a la École Nórmale Supérieure, instituto que, como la École Polytechnique, había dado ya tantos hombres eminentes en las ciencias, la literatura y la política francesa. Allí, por otra parte, había de adquirir la amistad de hombres que, como Jaurés, serían de primera magnitud en la historia contemporánea de Francia. Y para esto adquirió también, al llegar a la edad de poder hacerlo, la ciudadanía francesa, ya que según las leves de la nación a la cual pertenecían sus padres, por familia era inglés. Al salir de la École Nórmale Supérieure pasó a enseñar, primero al Liceo de Angers, después al Liceo de Clermont, la patria de Pascal, de donde volvió a París más tarde, cuando fue llamado por el Lycce Ilcnri IV , el primer centro de su enseñanza más notoria. Porque efectivamente fue allí donde empezó a hacerse conocido, atrayendo ya un auditorio cada vez más y más numeroso y atractivo, lo que le dio el renombre que había de servirle, además de sus propios méritos, para que fuese llamado como profesor al College de France Consagrado ya de esa manera, fue entonces cuando su fama de filósofo genial le atrajo a sus lecciones un público mundano, cultor de la forma exquisita, más bien que de la difícil materia, de dichas lecciones. Las cuales, para este público mundano, superficial pero refinado y, por su refinamiento, de infalible criterio crítico en cuanto a la elegancia del estilo, fueron modelo de sencillez, de claridad y de buen gusto literario. Entretanto, empero, Bergson había sido llamado también a la École Nórmale Supérieure, para que allí enseñara igualmente. Y de esa manera las aulas que antes él había frecuentado como estudiante, vinieron a ser las de su propia, elevada enseñanza filosófica. Eso hizo además que, en estas ocupaciones que el propio carácter le pedía como un menester intelectual, la vida de Bergson entonces transcurriera exteriormente con la modestia de un mero catedrático. Mas ello le permitió asimismo que, en el ínterin, fuera ahondando en los problemas más complicados de la psicología, más graves de la filosofía y más trascendentales de la metafísica. Problemas que, con los de las ciencias especiales, principalmente los de la física y de la biología, desde entonces él llegó a dominar para darles soluciones propias, geniales, distintivas de una nueva posición central, originaria de toda la doctrina, ya que 110 sistema, según él mismo, del filósofo. Y así, desde entonces el pensamiento psicológico, biológico, filosófico y metafísico de Bergson no hizo más que elaborarse en una evolución gradual, mesuradamente progresiva o, más bien, en una extensión, abarcamiento y comprensión de aquellos problemas, con sus soluciones. Todo a través de lecciones, conferencias y escritos magistrales que fueron marcando los jalones de esta evolución o abarcamiento de la problemática científica y filosófica a partir de una posición central sustentada con genial originalidad. | |