| dc.description.abstract | El fenómeno conocido como isla de calor urbana es un componente de clima urbano, que se ha intensificado notoriamente en los últimos años, sobre todo en urbes como Santiago, donde existen enormes diferencias en torno al comportamiento de ciertos patrones climáticos entre los sectores céntricos y periféricos de la ciudad. Esta diferencia ha desencadenado la conformación de diferentes microclimas dentro de la misma ciudad, percepciones y sensaciones del confort térmico. Las escalas de confort térmico varían en la literatura según diversos componentes tomados en cuenta: temperatura ambiental, humedad relativa, viento, percepción, rango etario, etc. La consecuencia de la disparidad climática radica en un mayor consumo de energía para ventilación en sectores más afectados por la isla de calor urbana, lo cual se traduce en una mayor destinación de recursos económicos para combatir el disconfort que en otros lugares menos expuestos. El nivel socioeconómico, sumado a la divergencia climática agudiza el riesgo de disconfort térmico, dado que, no todos los grupos socioeconómicos pueden aspirar a un mayor gasto del ingreso destinado a satisfacer necesidades térmicas. La problemática se intensifica al incluir a los grupos etarios más vulnerables ante la exposición al disconfort térmico, debido a que son grupos en la cual, el confort térmico es una necesidad para el bienestar de su salud, por lo que, una persona en una situación de fragilidad etaria perteneciente a un grupo socioeconómico vulnerable conducirá en una profundización de la problemática. Si se contabilizan las viviendas que cuentan o no con un sistema de aislación térmica, se pueden reducir en caso de tenerla o ampliar el riesgo de no contar con esta facultad. Es importante poder identificar cada una de estas categorías y poder construir un catastro de sectores con distintos niveles de riesgo al disconfort durante el período estival. | |
