Tesis
Efectos sistémicos e intraorales del consumo de bebidas energéticas. Revisión de la literatura
Fecha
2016Autor
Gilabert Fernández, Fernando Enrique
Institución
Resumen
El primer registro de bebidas energizantes se remonta a 1906, cuando una
de las más conocidas marcas de gaseosas colas, se promocionó como tal debido
a sus altas concentraciones de cafeína. Posteriormente, el año 1926 en el Reino
Unido, aparece una bebida creada por William Owen con el propósito de generar
una fuente de energía para ayudar a la recuperación de pacientes enfermos. Estas
bebidas evolucionan en Asia en la década de los ‘60, en el proceso de búsqueda
de alimentos para aumentar la energía y disminuir el agotamiento físico y mental.
En Chile, la comercialización se inició por medio de su importación a inicios de los
años ‘90. Actualmente, la demanda por su consumo ha crecido fuertemente y se
complementa con producción nacional. Hay estudios que dan cuenta de que los
principales componentes incluidos en estas bebidas (guaraná y taurina) tienen
dosificaciones subumbrales para producir efectos terapéuticos energizantes. Por
otro lado, contienen altos niveles de cafeína y glucosa que representan
potenciales riesgos tóxicos ante un consumo excesivo. Por lo anterior, se debe
cumplir con un etiquetado que advierta sobre los riesgos de salud asociados a su
recurrente utilización y sobre la ingesta diaria admisible (IDA) por cada sustancia.
Recientemente, ha habido una rápida popularización del consumo de alcohol
combinado con bebidas energéticas. Algunas sustancias presentes en la
composición de estas bebidas, interfieren con el metabolismo y/o las acciones
farmacológicas del alcohol. En los últimos años, se ha investigado sobre sus
componentes, analizando principalmente el ácido cítrico. Se ha reportado que este
último es muy erosivo para el esmalte dentario, ya que el efecto desmineralizador
sobre éste continúa incluso después de neutralizar el pH. La gran variedad de
bebidas energéticas disponibles en el mercado y su masivo consumo, han llevado
a que el foco de las investigaciones caiga sobre ellas, por los distintos usos que
les da la población, como por el mal manejo de información sobre los efectos que
tienen a nivel sistémico e intraoral. Surge entonces la siguiente interrogante:
¿Cuáles son los efectos reales que podrían tener estas bebidas energéticas y qué
ingredientes son a los que hay que poner mayor precaución al minuto de
consumirlas?