Tesis de Licenciatura
EL ALTEPETL DE XIQUIPILCO: HISTORIA DE UNA CIUDAD OTOMÍ
Autor
Salazar Mondragón, Gustavo
Institución
Resumen
El municipio de Jiquipilco se extiende en la parte norte del valle de Toluca y en la zona oriental del valle de Ixtlahuaca (figura 1), ocupando parte de la serranía del monte alto. Su cabecera, el pueblo de Jiquipilco, se ubica a los 19°32′58″ de Latitud Norte y 99°36′25″ de Longitud Oeste. “Tiene una extensión de 248.15 km2. La cabecera tiene una altura media de 2,735 metros sobre el nivel del mar” (González, 1973: 19-20).Por orden alfabético corresponde al municipio 047 de la entidad. Limita al norte con los municipios de Jocotitlán (048), Morelos (056), Villa del Carbón (112), al sur limita con el municipio de Temoaya (087), al este limita con el municipio de Nicolás Romero (060) y al oeste con el municipio de Ixtlahuaca (042)
La historia de Jiquipilco va ligada a la de Temoaya debido a que en el pasado formaron parte del mismo asentamiento prehispánico de Xiquipilco y a partir de él se conformaron los dos pueblos durante la época colonial. Este amplio territorio permitió el desarrollo de diversas culturas antiguas. La evidencia material hallada en abrigos rocosos ha confirmado la existencia de grupos de cazadores-recolectores que datan de hace 20000 años y se establecieron en la región aprovechando las distintas variedades en la flora y fauna para sobrevivir. Posteriormente, los pueblos mazahua y otomí encontraron en esta área las condiciones propicias para establecerse, la modificación del paisaje, mediante técnicas como la construcción de terrazas a los costados de las montañas les brindó la posibilidad de explotar los recursos a su favor. Distintos tipos de cerámica, lascas de obsidiana y figurillas de barro han sido recuperadas por habitantes de ambos municipios al momento de trabajar las tierras, pero en la mayoría de los casos, el material arqueológico se recupera incompleto, debido a factores naturales y humanos. De acuerdo a fuentes documentales, como las monografías municipales, la cabecera del altepetl otomí, se habría establecido en la localidad de Jiquipilco el Viejo, Temoaya y el memorial de los pueblos de Tlacopan hace referencia a su capital Ahuazhuatepec, como uno de los lugares tributarios de Tlacopan. Se considera, según la tradición oral, que existen otros asentamientos prehispánicos, ubicados de manera dispersa en distintas localidades de Jiquipilco: Santa Cruz Tepexpan, San Bartolo Oxtotitlán, Sila y Tres Cerros serían algunos de los lugares en donde estarían establecidos estos sitios. Dichas suposiciones comenzaron después de observar que la evidencia arqueológica que se ha recuperado durante varios años es muy abundante. Por tanto, la finalidad de la investigación consistió en verificar si realmente Xiquipilco cumplió con todas las características necesarias para ser considerado altepetl y comprobar la existencia de otros asentamientos que formaron parte de él a lo largo de los municipios de Jiquipilco y Temoaya, incluyendo templos, zonas habitacionales, talleres y yacimientos de materias primas.
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En el capítulo 1, se abordan los antecedentes de la región, a partir de la llegada del gran Chichimeca Xólotl a la cuenca de México, cuando aparecen las primeras noticias de Xiquipilco, hasta la conquista española que desencadenó la fundación de los pueblos de Temoaya y Jiquipilco. En el capítulo 2, se presenta el marco teórico donde se empleó la teoría general de sistemas para dar respuesta a varias preguntas que se plantearon a lo largo de la investigación, ¿cuál fue el papel que desempeñó Xiquipilco durante el Posclásico Tardío?, ¿realmente se trató de una ciudad-estado? o ¿qué representaba esta región para los aztecas y tarascos?. Posteriormente, en el capítulo 3, se desarrolla de manera general el tema de altepetl, para posteriormente hacer énfasis al caso de estudio, el altepetl de Xiquipilco. En el capítulo 4 se describe el trabajo de campo realizado en los sitios de Jiquipilco el Viejo y el Llano de las Navajas en Temoaya y Santa Cruz Tepexpan, Sila, San Bartolo Oxtotitlán y Tres Cerros en Jiquipilco. Finalmente se muestran los resultados obtenidos en el capítulo 5. Todos los códices y documentos coloniales mencionados en el presente trabajo fueron revisados, interpretados y citados de manera literal, asimismo, las fotografías del trabajo de campo y del material arqueológico de casa de cultura de Jiquipilco que fueron donados por los vecinos y que ilustran los capítulos III, IV y V corresponden al autor. Para el presente trabajo se utilizará el topónimo de Xiquipilco para hacer referencia a la entidad política prehispánica que estuvo conformada por Temoaya y Jiquipilco y para hablar de la entidad actual se utilizará Jiquipilco. La palabra altepetl será empleada para hacer referencia a las ciudades-estado prehispánicas de manera singular y altepeme al hablar en plural, pero se harán algunas excepciones para autores citados que manejan la palabra altepetl para referirse al singular y plural.