dc.description.abstract | Se estima que, para el año 2020, las muertes a causa de las enfermedades cardiovasculares aumentarán en 15 a 20 % y, en el año 2030, las cuatro enfermedades crónicas no transmisibles mencionadas anteriormente serán responsables del 75 % de las muertes en el mundo. Es decir,
se calcula que en el año 2030 morirán cerca de 23,6 millones de personas por enfermedades cardiovasculares y se pronostica que seguirán siendo la principal causa de muerte a nivel
global1. Diversos estudios evidencian un incremento de los factores de riesgo cardiovascular - FRCV en los jóvenes, destacándose una elevada prevalencia de sedentarismo, tabaquismo, sobrepeso
u obesidad e hipercolesterolemia, entre otros2. Este complejo fenómeno se debe a la conjunción de distintos factores que tienen diferente nivel de incidencia, entre los que destaca un estilo de vida no saludable, caracterizado por la constante exposición del organismo a un
sin número de riesgos potenciales que promueven el desarrollo de enfermedades crónicas(Mozaffarian, Marfisi, Levantesi y cols., 2007)3 y, en consecuencia, una alta probabilidad de muertes prematuras asociadas con ellas (Córdoba, Lee, Hernández y cols., 2008)4.
Los individuos pueden adoptar comportamientos saludables y no saludables. Dichos comportamientos se agrupan entre ellos y se interrelacionan para formar patrones y configurar
diversas tipologías de estilos de vida. | |