Tesis
Trabajo Juvenil y Construcción de Protagonismo Social: el caso de las Cooperativas Escolares. Análisis de los Discursos Juveniles en torno a Experiencias de Trabajo y Protagonismo Social desde la Participación en Cooperativas Escolares.
Autor
Rodríguez Martínez, Ana Carolina
Institución
Resumen
Las Cooperativas de Servicios Escolares son un fenómeno emergente en nuestro país. Se trata de micro empresas organizadas por jóvenes al interior de colegios municipalizados, cuyas ganancias tienen una función social y solidaria. Al mismo tiempo, según los y las estudiantes que participan en ellas, estas iniciativas son una experiencia innovadora en la adquisición de capacidades prácticas y relacionales para desenvolverse en el mundo laboral, algunas de las cuales son Desarrollo Organizacional, Mediación, Toma de Decisiones Colectivas, Planificación, Redes Sociales y Negociación, Contabilidad, etc. Además, según las disciplinas que se imparten en los liceos donde las cooperativas se sitúa, estas suelen ser un espacio de práctica laboral donde los y las estudiantes pueden generar beneficios económicos al desarrollar la actividad que están estudiando (venta de alimentos, coctelería, animaciones infantiles, servicios contables, etc.).
Las Cooperativas de Servicios Escolares han tenido un amplio desarrollo en Canadá, específicamente en la provincia de Québec, y en Chile, como iniciativas socioeducativas, comienzan a ser puestas en práctica gracias a su conexión con los principios de la Reforma Educacional desde el año 1996. Esos principios apuntaban a potenciar habilidades de autogestión en estudiantes cuya realidad socio-económica les impidiera alcanzar una adecuada participación en el mundo laboral. Es así que en 1998 estas actividades se vinculan a la gestión de la Universidad de Chile a través de un Convenio firmado por el Programa Interdisciplinario de Estudios Asociativos, PRO-ASOCIA (perteneciente al del departamento de Antropología de la Universidad) y la Cooperativa de Ahorro y Crédito COOPEUCH. La experiencia partió en la comuna de La Florida, con siete casos en Educación Media y uno en Educación Básica. Los aprendizajes obtenidos a menos del primer año de operación en la comuna permitieron demostrar la factibilidad de desarrollar un proyecto de esta naturaleza dadas las condiciones propicias del sistema educativo. Durante los años 1999 y 2000 se trabajó en la expansión a otras comunas de la Región Metropolitana –Santiago y Puente Alto- y la VI región. El año 2001 comenzó la extensión del proyecto a dos regiones más tomando la iniciativa un carácter nacional. Hoy el programa opera en cuatro regiones -R.M., V, VI y VII – pretendiéndose ampliar aún más la cobertura en el país.
Para analizar algunos de los fundamentos de las Cooperativas de Servicios Escolares (CSE), se debe partir por la definición de Cooperación. Esta es una práctica relacional que intenta reconciliar las dimensiones económicas y sociales en que los individuos se mueven, que sostiene una fuerte valoración por el espacio educacional como espacio de desarrollo donde se internalizan saberes socioculturales y códigos relacionales necesarios para la vida ciudadana, que sostiene concepciones compartidas entre persona y necesidades en función de cada entorno concreto, y en la cual se asume la función de potenciar en las personas la capacidad de resolver problemas y generar soluciones por ellas mismas y sus comunidades, siempre bajo el supuesto de que para desarrollarse los individuos deben poder contar con entornos que los estimulen y los protejan. En general la cooperación plantea que una educación asociativa fundada en principios de autonomía y en valores como la igualdad y la equidad, puede contribuir a una formación más completa de las personas, especialmente si se liga a sus experiencias y se conecta con sus realidades mediatas e inmediatas. Para ello también incluye el traspaso de capacidades para generar estrategias de desarrollo económico. Y en cuanto a los principios de autogestión y autoayuda, los efectos del cooperativismo ayudarían a que las y los socios-usuarios sean capaces, posteriormente, de intervenir y dirigir en las empresas donde trabajan y organizarse como trabajadores, trabajadoras y miembros de la comunidad en general.
Para empezar analizaremos el sistema escolar desde una perspectiva crítica, como un espacio de socialización que intenta enseñar las formas de convivencia y los modos de relación aceptados y valorados en la sociedad del capitalismo globalizado. Para realizar esta función la comunidad educativa transfiere un currículum oficial que contiene materias de estudio provenientes de las ciencias, las artes y las humanidades. Este currículum supone un patrón de conocimiento común, una subjetividad y una filosofía definidas desde el mercado como eje central. También hay un currículum oculto que incluye formas de comportamiento, actitudes y virtudes cívicas, modos de interacción y protocolos, etc. ad hoc a esa tendencia.
La cooperación en este esquema plantea saberes propios de las organizaciones modernas como Asociacionismo, Participación Económica, Autonomía, Independencia, Formación e
Información de los participantes, etc. Pero además plantea una renovación en los valores tradicionales que desde los espacios educacionales han sido comúnmente traspasados, puesto que intentan potenciar y hacer reconocibles procesos de democratización emergentes en el mundo moderno, fomentando capitales y habilidades ad hoc en quienes participan del espacio educacional, y que a largo plazo participarán del espacio laboral. Para lograrlo mantienen en discusión algunos mensajes emitidos desde la escuela tales como la competitividad y el individualismo. En este sentido los principios del cooperativismo hacen una crítica a la cultura organizacional y sus estilos de gestión en nuestros días, reconociendo su crisis valórica y proponiendo un modelo reantropologizado o rehumanizado de gestión.
Cada CSE es una asociación de aproximadamente 25 personas, que persiguen un doble propósito: realizar una actividad de formación de carácter solidario y obtener recursos monetarios a partir de esta actividad comercial. Las personas miembros son pares dentro del establecimiento escolar y se desenvuelven dentro de él desarrollando actividades sociales y económicas que pueden ser de servicio, consumo, ahorro y crédito y/o de trabajo para financiar acciones de común interés tales como mejorías infraestructurales, compra de material didáctico y de apoyo para actividades de extensión, equipamiento de aulas y lugares de trabajo, paseos para la comunidad escolar, excursiones, vacaciones, asistencia a actividades culturales como teatro o cine, suscripciones, etc. Estos grupos de estudiantes actúan con el apoyo de un profesor asesor y se sustentan sobre propósitos educativos de formación intelectual, moral, social, cívica, económica y cooperativa de los y las estudiantes.
El capital que se genera desde las cooperativas es fuente de ingresos para todos los participantes, pero a la vez forma parte de un fondo común destinado al beneficio colectivo. Esto significa que como capital no es una fuente de legitimación del poder. El título de los medios de producción de la cooperativa es colectivo, y colectivamente se determinan los objetivos de ella en tanto entidad lucrativa. Los y las socias tienen el derecho de percibir un interés de mercado por el capital que aportan.
Desde una definición sistémica, podríamos decir que se trata de subsistemas orientados al desarrollo integral de los y las estudiantes donde se actualizan aprendizajes gracias al elemento comunitario de “Valoración y Significación del Trabajo”, de parte de los y las integrantes.
Desde allí se potencia una reflexión y una toma de conciencia que los y las estudiantes hacen acerca de su propia realidad y de su capacidad de intervención en ella. Además los vínculos sociales que se generan dentro de la cooperativa, la existencia de alianzas, compromisos, relación, creación de redes de apoyo o canales de comunicación, entre otros, son factores promovidos desde una óptica formativa revalorizadora del espacio educacional, que se orienta hacia la construcción del bienestar social de los participantes, generando impacto en toda la comunidad educativa. En este sentido, en las CSE la promoción del protagonismo de los y las jóvenes se gatilla no sólo porque se trata de una instancia de participación económica, que les permite adquirir una posición en el espacio de la escuela, sino también de participación política, en tanto ganan un status en la toma de decisiones dentro de ella. Ejemplo de ello es que los y las estudiantes gestionan talleres de su interés con los recursos gestionados, sosteniendo experiencias de autonomía e integrando a la comunidad escolar en sus instancias de organización, interviniendo y removiendo las estructuras relacionales verticales y autoritarias propias de la escuela.
Así, las cooperativas de servicios escolares aparecen como experiencias significativas donde recoger las dimensiones significacionales que los y las jóvenes tienen en torno al Trabajo, es decir, en torno a sus experiencias de participación en ellas. Las narraciones que los y las estudiantes involucrados construyen desde sus experiencias de trabajo en ese espacio, son imágenes de sus prácticas. Estas prácticas parecen funcionales a las reformas que se están implementando en el sistema educacional chileno. Por ello la recopilación de sus características es importante para contar con información pertinente y verificar si sus resultados, en función de los principios del trabajo y de los esfuerzos que se han hecho a nivel de capacitación en ellas en los últimos años, son importantes de potenciar. Al revisar los elementos significacionales que los y las jóvenes dan a su participación en estas instancias, es devolverles una visión necesaria para revisar sus prácticas, en este caso a la luz de los principios del cooperativismo y los objetivos que desde la educación se le asignan en tanto modelo Socio Formativo.
Por último las cooperativas se plantean como experiencias de intercomunicación social entre actores en el espacio de la escuela, generando un diálogo más horizontal en un lugar donde tradicionalmente los discursos han sido tomados en cuenta en función de su jerarquía.
En la actualidad existen 33 Cooperativas de Servicios Escolares repartidas en 4 regiones y 10 comunas del país. En ellas participan activamente alrededor de 1200 jóvenes de liceos y escuelas municipales.
Esta investigación quiere reconocer el sentido que adquiere “el Trabajo” para los y las jóvenes que participan de estas iniciativas. Para ello la pregunta de investigación será:
¿Cuáles son las significaciones que dan al Trabajo los y las jóvenes que participan en
Cooperativas de Servicios Escolares?