Legalización del divorcio y conciencia cristiana

Abstract

A propósito del proyecto de la Ley de matrimonio civil que admite el divorcio vincular, varios parlamentarios católicos que lo propician han planteado públicamente el problema de la "política" y de la fe cristiana, o más explícitamente, "cómo se vive la fe en el ámbito de lo público en esta sociedad moderna, secularizada y pluralista”. Para justificar su postura favorable a la legalización del divorcio recurren a textos del Magisterio, del Concilio Vaticano II y de Juan Pablo II que afirma el valor de la libertad personal, el respeto de la conciencia y el deber del cristiano de establecer un sincero diálogo con el mundo, y denuncian lo que llaman ”integrismo” de ciertos sectores conservadores de la Iglesia. Estos estarían contra el espíritu del Concilio (y, por supuesto, del Evangelio) al afirmar que existe una relación entre la moral y la verdad que corresponde a la misma naturaleza humana. Con ello, dicen, se estaría negando la libertad y el derecho de las personas, reconocido por el Vaticano II, a buscar personalmente la verdad. Hay aquí por una parte, una comprensión muy superficial de lo que afirma el Concilio y, por otra, una confusión entre lo que la Iglesia reconoce como derecho de toda persona en este mundo y lo que ella pide a los cristianos, como actitud coherente con su fe y como obligación de dar testimonio de ella en el mundo.