Documentos de trabajo
Los jóvenes, las drogas y el alcohol : un estudio de sus representaciones sociales
Autor
CIDE (Chile)
Alvarez, Carlos
Institución
Resumen
Informe de investigación de enfoque exploratorio y de caracter cualitativo que caracteriza las representaciones sociales que tiene un grupo de estudiantes secundarios de Santiago sobre el consumo de drogas y alcohol. Trabajo de terreno. Referencias bibliográficas. El consumo de drogas y alcohol, como fenómeno social, no ha de reducirse a una estadística; ni a una concepción desviada del actuante o como consecuencia de su posición de clase o en la estructura social. Es un fenómeno que tiene un sentido social para los sujetos, el que se manifiesta en sus representaciones sociales, que van modelando esas prácticas y dándoles significados, reflejando, así, una lógica propia de la mentalidad juvenil. Se trabajó con entrevistas abiertas en profundidad con una muestra intencionada de 25 varones o mujeres de 15 a 20 años, consumidores o nó de drogas y/o alcohol, que estudian enseñanza media en Santiago, que asisten regularmente a clases y que deseen explícitamente participar en la investigación. Los jóvenes entrevistados destacan valores familiares, de comunicación y de autoestima, como elementos que han de ser destacados en una campaña contra el uso de drogas o alcohol. Se constata que las drogas y el alcohol tienen un valor simbólico y forman parte de rituales sociales de la vida cotidiana. Ese ritual es más importante que el consumo en sí mismo. Las normas y los valores legitimados socialmente se ponen de manifiesto en prácticas institucionalizadas, pero los jóvenes pueden "ponerlos entre paréntesis" cuando se pasa a actividades de los grupos sociales a los que pertenecen. La juventud se constituye en un fenómeno histórico-biográfico y recibe las influencias del medio en que vive. En una sociedad de consumo material y simbólico, donde la seducción aparece como un elemento que da sentido a muchas prácticas, con acelerados ritmos de cambio, los jóvenes adoptan múltiples posturas, diversas actitudes y modos cambiantes para mirar la vida. Un programa de prevención de la drogadicción y el alcoholismo ha de constituirse en un espacio en el que la familia, los estamentos educacionales, y los medios de comunicación compartan una propuesta común