dc.description | Por mucho tiempo la comida y la cocina han ocupado un lugar marginal al interior de la disciplina antropológica. Algu- nos estudios aislados, como el de Audrey Richards en lo que hoy es Zimbabue, y Guillermo Bonfil Batalla en Yucatán, mostraban preocupación por el hambre y por las condiciones ecológicas y político-económicas que la producían. Otras y otros antropólo- gos, como Claude Lévi-Strauss y Mary Douglas, incorporaron el análisis de la comida y la cocina entre los temas a analizar desde un enfoque estructural y socio-estructural, privilegiando sus aspectos rituales y ceremoniales. El trabajo de Marvin Harris ha inspirado investigación que privilegia el carácter instrumental de la alimentación (como cuando afirmó que los aztecas practi- caban el canibalismo para tener acceso a proteínas) y que bajo el tácito modelo del “hombre” racional (“homúnculo” le llamó P. Bourdieu en Outline of a Theory of Practice, 1977) reduce el papel de la comida a su carácter de medio para alcanzar fines. En México y otros lugares, se han producido múltiples estu- dios ricos en contenido empírico y etnográfico que describen la comida y la alimentación. En contraste y de manera suplemen- taria,desdehaceunoscuarentaan ̃os,sehageneradoycrecidoel campo de los estudios sobre la comida, especialmente en Europa y luego en Norteamérica. En este campo se encuentran y dia- logan estudios sobre la religión, historia, antropología, estudios culturales, crítica literaria, sociología, y filosofía – por mencio- nar los enfoques más visibles. Diálogo que resalta la importancia de generar conceptos, enfoques, y análisis crítico-reflexivo para elegir los temas de estudio y, al mismo tiempo dan un “rostro” a este tipo de estudios. | es-ES |