Inclusión del enfoque de género durante la persecución penal en relación con casos de violencia de género: principales hallazgos y tensiones

Abstract

El presente texto tiene como objetivo llevar a los lectores a entender en los términos de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia el enfoque de género y a cuestionarse sobre algunos retos futuros que se vislumbran con la introducción del concepto en todos los procedimientos que conforman un proceso penal. De la comprensión de lo expuesto a lo largo del escrito se entenderá que el enfoque de género debe ser transversal a todo el proceso penal y adoptado por todas las autoridades estatales. La finalidad de introducir la perspectiva de género en el ámbito penal es garantizar: la igualdad, vivir una vida libre de violencias, el acceso a la administración de la justicia, la vida digna, entre otros derechos fundamentales de las víctimas de violencia de mujer y género. Esta finalidad dista de significar un favorecimiento para la mujer o un cambio de los estándares probatorios; al contrario, resulta ser un complemento a la labor judicial, una herramienta útil para que los jueces tengan en cuenta escenarios violentos vividos por las mujeres en etapas previas o concomitantes a la comisión del delito para poder comprender su forma de actuar sin juzgarlas y sin pretender que su actuar se ciña a los estereotipos que se han establecido socialmente acerca de los modos en que debe comportarse un hombre o una mujer.

The objective of this text is to lead readers to understand in the terms of the Criminal Cassation Chamber of the Supreme Court of Justice the gender approach and to question some future challenges that are glimpsed with the introduction of the concept in all the procedures that make up a criminal process. From the understanding of what has been stated throughout the brief, it will be understood that the gender approach must be transversal to the entire criminal process and adopted by all state authorities. The purpose of introducing the gender perspective in the criminal field is to guarantee equality, living a life free of violence, access to the administration of justice, a dignified life, among other fundamental rights of victims of violence against women and gender. This purpose is far from meaning a favor for women or a change in evidentiary standards; on the contrary, it turns out to be a complement to judicial work, a useful tool for judges to take into account violent scenarios experienced by women in stages prior or concomitant to the commission of the crime in order to understand their way of acting without judging them and without pretending that their actions adhere to the stereotypes that have been established socially about the ways in which a man or a woman should behave.