Índice de pobreza energética en Colombia

Abstract

La energía es necesaria para proveer servicios como cocción de alimentos, temperaturas confortables, iluminación, salud, educación, entre otros, los cuales permiten alcanzar el bienestar humano y el desarrollo socio económico (Hernández, et al, 2018), en el que garantizar el acceso a una energía asequible, segura y sostenible para todas las personas es un pilar de los objetivos de desarrollo sostenible (CEPAL, 2021). Cuando la sociedad presenta carencia de servicios energéticos se enfrenta a dificultades y a condiciones de acceso desigual que afectan su bienestar. Por ejemplo, no pueden disponer de una adecuada iluminación para sus hogares, para la cocción de alimentos no pueden sustituir energéticos contaminantes por energía eléctrica o gas natural, entre otros. Por lo tanto, surge el concepto de pobreza energética con el fin de abordar los problemas relacionados ante la falta de servicios energéticos. Aunque, de acuerdo con Hernández, no se reconozca una definición única y aceptada, las consecuencias de la pobreza energética si están claramente definidas. Debido a que la pobreza energética ha venido aumentando en los últimos años y que se está en la necesidad de que todos los individuos tengan acceso equitativo a energía y a servicios energéticos de calidad, es necesario desarrollar definiciones de pobreza energética adaptadas a las condiciones de cada país (Martínez, 2021), así como desarrollar y cuantificar índices que permitan tomar acciones de política pública en las regiones que más lo requieren. Adicionalmente, es importante afrontar la pobreza energética debido a que se está en "la necesidad de responder a los efectos nocivos que este fenómeno tiene sobre el bienestar y las oportunidades de desarrollo de las personas, así como garantizar que los procesos de transición energética y descarbonización no generen o profundicen condiciones de desigualdad social" (CEPAL, 2021) Con respecto a Colombia, las metodologías utilizadas en los diferentes estudios no permiten obtener resultados robustos, en los que se tenga en cuenta la calidad y confiabilidad de la prestación del servicio de energía eléctrica, la distribución interna de la pobreza dentro del grupo de pobres, el costo de los servicios energéticos y la capacidad de pago de los individuos. Por ejemplo, la UPME en el PEN 2020-2050 menciona que es necesario migrar hacia una medida de pobreza energética que permita tener en cuenta variables como el ingreso, la disponibilidad de energéticos locales, el confort térmico, entre otros (UPME, 2021). Por lo anterior, es necesario que Colombia desarrolle índices de pobreza energética en los que se amplie la mirada más allá de la electrificación y permita evidenciar las formas de privación del acceso equitativo a energía de calidad y los impactos que esto tiene en los hogares.